Por qué el APRA Senderiza su crisis
Por Facundo Bazán
O Sendero Luminoso en Vizcatán y el río Ene desvaría, y no se enteró que el sustento teórico, militar y ético de su guerra fracasó, o estamos ante un infausto plan para "senderizar" la crisis política del régimen, para acabar con los que no son Sendero pero son satanizados como se sataniza al comunismo con ese cuento.
Sendero Luminoso no es un partido marxista como cualquier otro, y ningún partido marxista se asemeja a Sendero Luminoso, ni de ahora ni de antes, al menos en el Perú. Afirmarlo sería olvidar no sólo sus crímenes contra el pueblo al que decía representar, sino lo que es más monstruoso, pretender culpar sin más como si fueran de Sendero a cualquier marxistas o sindicalista o comunero. Hay quienes quieren convencer a los incautos de que la única motivación de los socialistas es la de matar policías, soldados, obreros y campesinos, socialistas y comunistas, por puro deporte o maldad. Esos neo-fascistas se imaginan que hay personas dispuestas a jugarse la cadena perpetua por gusto.
La violencia que las estructuras de la sociedad peruana provocaron por décadas en los desesperados sin horizonte y sin esperanza, y la que Sendero Luminoso, y los grupos maoístas que se asimilaron en sus filas, usaron maquiavélicamente ( no como manifestación legitima del combate político de las masas por otros medios, cuando están acorraladas y/o forzadas históricamente a tal lance defensivo ) como metodología para provocar el miedo en las clases dominantes, la confusión en las fuerzas del orden, y la obediencia en las masas y en los organismos populares, y la vergüenza entre las militancias de izquierda acusadas de oporto-revisionismo vergonzante, permite al APRA manipular esos fantasmas, como los usaron otros.
O Sendero Luminoso en Vizcatán y el río Ene desvaría, y no se enteró que el sustento teórico, militar y ético de su guerra fracasó, o estamos ante un infausto plan para "senderizar" la crisis política del régimen, para acabar con los que no son Sendero pero son satanizados como se sataniza al comunismo con ese cuento.
Sendero Luminoso no es un partido marxista como cualquier otro, y ningún partido marxista se asemeja a Sendero Luminoso, ni de ahora ni de antes, al menos en el Perú. Afirmarlo sería olvidar no sólo sus crímenes contra el pueblo al que decía representar, sino lo que es más monstruoso, pretender culpar sin más como si fueran de Sendero a cualquier marxistas o sindicalista o comunero. Hay quienes quieren convencer a los incautos de que la única motivación de los socialistas es la de matar policías, soldados, obreros y campesinos, socialistas y comunistas, por puro deporte o maldad. Esos neo-fascistas se imaginan que hay personas dispuestas a jugarse la cadena perpetua por gusto.
La violencia que las estructuras de la sociedad peruana provocaron por décadas en los desesperados sin horizonte y sin esperanza, y la que Sendero Luminoso, y los grupos maoístas que se asimilaron en sus filas, usaron maquiavélicamente ( no como manifestación legitima del combate político de las masas por otros medios, cuando están acorraladas y/o forzadas históricamente a tal lance defensivo ) como metodología para provocar el miedo en las clases dominantes, la confusión en las fuerzas del orden, y la obediencia en las masas y en los organismos populares, y la vergüenza entre las militancias de izquierda acusadas de oporto-revisionismo vergonzante, permite al APRA manipular esos fantasmas, como los usaron otros.
Ahora pretenden hacer una lista del escarnio y del estigma permanente, revelándola, contra el mandato constitucional, para perseguirlos sin que importe que hayan cumplido sus condenas. A diario escuchamos desaforada la voz más fascista de la derecha sempiterna preguntarse ¿quién deberá seguirlos a sol y sombra?, estimando que el riesgo potencial de esas individualidades en libertad son tan peligrosas para la seguridad nacional, que bien valen algunas excepciones constitucionales por tratarse de “terroristas”, como piden el apristón Jiménez y los "senderólogos" nauseosos de la izquierda arrepentida y de la derecha cavernaria, cuando exigen el fin de la flexibilización del sistema de visitas, para reeditar aquí un Guantánamo.
Otra vez la cowboyada simplona de buenos contra malos, o la cacería de brujas, o el exterminio de herejes, como en la simplificación maniquea de Bush. Hasta hoy se entendía que los "remanentes" de Sendero eran sobrevivientes errantes de la represión y de los yerros de su dinámica parasitaria para sobrevivir, ya que el Estado y el pueblo manipulado por la derecha no les han dado la posibilidad de encontrar una salida política decorosa que les permitiera deponer las armas y asimilarse a la política, sin terminar en los penales o en las fosas comunes. La única opción que se les ofrece es la del exterminio, porque todos los gobiernos “democráticos” han vivido de esas “victorias”. Por eso no quisieron darles la posibilidad de incorporarse al sistema político, como ha sucedido en Colombia. Por eso han preferido mantener una oportuna guerrita de baja intensidad para administrar el monopolio del "cuco" y los presupuestos contra la inseguridad.
En el fondo sólo se trata de administrar a conveniencia estados de emergencia antisindical, como dice Wienner, achacándoles contenidos o vinculaciones subversivos que no tienen ni de lejos. La ilegalización de la industria de la hoja de coca como insumo para su transformación y exportación médica o alimenticia no hace sino corroborar que hay quienes quieren empujar a los campesinos de esas zonas en brazos de Sendero, para defenderse de la militarización que arruina sembríos alternativos bajo la política del exterminio compulsivo. O ¿ será que quieren empujar a ambos en los brazos de las bandas paramilitares que el narcotráfico ha empezado a implementar con la connivencia de las direcciones de las Fuerzas Armadas y de la Policía? O tal vez quieren provocar a Sendero a transitar por el camino del suicidio para demostrar que existe, y a nosotros los socialistas al crimen de darles la espalda para que no nos confundan con ellos ?
Otra vez la cowboyada simplona de buenos contra malos, o la cacería de brujas, o el exterminio de herejes, como en la simplificación maniquea de Bush. Hasta hoy se entendía que los "remanentes" de Sendero eran sobrevivientes errantes de la represión y de los yerros de su dinámica parasitaria para sobrevivir, ya que el Estado y el pueblo manipulado por la derecha no les han dado la posibilidad de encontrar una salida política decorosa que les permitiera deponer las armas y asimilarse a la política, sin terminar en los penales o en las fosas comunes. La única opción que se les ofrece es la del exterminio, porque todos los gobiernos “democráticos” han vivido de esas “victorias”. Por eso no quisieron darles la posibilidad de incorporarse al sistema político, como ha sucedido en Colombia. Por eso han preferido mantener una oportuna guerrita de baja intensidad para administrar el monopolio del "cuco" y los presupuestos contra la inseguridad.
En el fondo sólo se trata de administrar a conveniencia estados de emergencia antisindical, como dice Wienner, achacándoles contenidos o vinculaciones subversivos que no tienen ni de lejos. La ilegalización de la industria de la hoja de coca como insumo para su transformación y exportación médica o alimenticia no hace sino corroborar que hay quienes quieren empujar a los campesinos de esas zonas en brazos de Sendero, para defenderse de la militarización que arruina sembríos alternativos bajo la política del exterminio compulsivo. O ¿ será que quieren empujar a ambos en los brazos de las bandas paramilitares que el narcotráfico ha empezado a implementar con la connivencia de las direcciones de las Fuerzas Armadas y de la Policía? O tal vez quieren provocar a Sendero a transitar por el camino del suicidio para demostrar que existe, y a nosotros los socialistas al crimen de darles la espalda para que no nos confundan con ellos ?
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