Quien tiene más, paga más

Por Pablo Mora

En el marco de un remozado desarrollismo en su política económica, por cierto lejana de una orientación socialista, el presidente ecuatoriano, Rafael Correa, se animó a prescindir del servicio de uno de sus colaboradores empresariales más pragmáticos en su equipo, mientras anunciaba que introduciría esta semana un moción de reforma tributaria para racionalizar los impuestos, forzando a los ricos a pagar más, aumentando los gravámenes sobre la especulación financiera y las transferencias de dinero al exterior, y disminuyendo por lo menos un par de puntos de presión tributaria sobre quienes produzcan valor agregado, propiciando que los fondos privados sean reinvertidos en el despliegue de cadenas de valor.

No obstante, se supo que las políticas impositivas del presidente preocupan a los analistas de Wall Street, quienes consideran que ahuyentarán la inversión extranjera y, por tanto, disminuirán la capacidad del Ecuador para pagar su deuda externa.