Evo valida la Constitución pero sin defenderla
Por Pablo Mora
Luego de que el comandante policial de Sucre, coronel José Galván, asegurara "haber sido rebasado por las protestas" protagonizadas por universitarios armados de piedras, palos y 'molotovs', las sesiones constituyentes interrumpidas se celebraron en un recinto militar. Cuando a pesar de todo la mayoría del MAS aprueba tímidamente la Novísima Constitución que el propio Morales valida sin mucha convicción para reelegirse, nadie entiende el sentido de su anunciada investigación “independiente” acerca de la muerte de los guardias, el abogado y el carpintero que murieron, tras intentar, los primeros, frenar las protestas callejeras que la derecha cavernaria desplegó en las calles, cedidas por él mismísimo Morales, al ordenar la retirada policial y militar.
Sin embargo, más tarde, cariacontecido, dijo agradecer a los movimientos sociales que apoyaron ese esfuerzo, y que “en el ánimo de llamar a la paz y a la serenidad, recuerda que el texto deberá ser aprobado en referéndum, para evitar controversias, como lo más democrático", ante el estupor de las masas gremiales y de izquierda que empujaron el proceso.
Poniéndose nuevamente en el papel de víctima étnica, con el que acostumbra reemplazar, en última instancia, argumentos de mayor trasfondo y perspectiva, volvió a centrarse en sus complejos, manifestando que el tema de fondo es que "algunos grupos no aceptan que un indígena sea presidente, por lo que van a desgastarme". Olvidando que el problema histórico de Bolivia no reside en la contienda entre criollos y aymaras o entre pobres y ricos, sino entre el proyecto del proletariado urbano y rural contra el de la oligarquía y la plutocracia que defienden al imperialismo norteamericano y a sus corporaciones transnacionales.
Sin embargo, líderes de la oposición derechista, presionando aún más, no perdieron la oportunidad de acusar a Morales de aprobar ilegítimamente la constitución "con sangre y fuego", pese a haberles cedido las calles para interrumpirla, en una muestra del temor que le tiene tanto a la burguesía como a la avanzada gremial y popular de auténtica izquierda. El Gobernador de Cochabamba, Manfred Reyes Villa, yendo a la ofensiva, pidió a Morales llamar inmediatamente a referéndum para ratificarle o revocarle el mandato, matando tres pájaros de un tiro.
Luego de que el comandante policial de Sucre, coronel José Galván, asegurara "haber sido rebasado por las protestas" protagonizadas por universitarios armados de piedras, palos y 'molotovs', las sesiones constituyentes interrumpidas se celebraron en un recinto militar. Cuando a pesar de todo la mayoría del MAS aprueba tímidamente la Novísima Constitución que el propio Morales valida sin mucha convicción para reelegirse, nadie entiende el sentido de su anunciada investigación “independiente” acerca de la muerte de los guardias, el abogado y el carpintero que murieron, tras intentar, los primeros, frenar las protestas callejeras que la derecha cavernaria desplegó en las calles, cedidas por él mismísimo Morales, al ordenar la retirada policial y militar.
Sin embargo, más tarde, cariacontecido, dijo agradecer a los movimientos sociales que apoyaron ese esfuerzo, y que “en el ánimo de llamar a la paz y a la serenidad, recuerda que el texto deberá ser aprobado en referéndum, para evitar controversias, como lo más democrático", ante el estupor de las masas gremiales y de izquierda que empujaron el proceso.
Poniéndose nuevamente en el papel de víctima étnica, con el que acostumbra reemplazar, en última instancia, argumentos de mayor trasfondo y perspectiva, volvió a centrarse en sus complejos, manifestando que el tema de fondo es que "algunos grupos no aceptan que un indígena sea presidente, por lo que van a desgastarme". Olvidando que el problema histórico de Bolivia no reside en la contienda entre criollos y aymaras o entre pobres y ricos, sino entre el proyecto del proletariado urbano y rural contra el de la oligarquía y la plutocracia que defienden al imperialismo norteamericano y a sus corporaciones transnacionales.
Sin embargo, líderes de la oposición derechista, presionando aún más, no perdieron la oportunidad de acusar a Morales de aprobar ilegítimamente la constitución "con sangre y fuego", pese a haberles cedido las calles para interrumpirla, en una muestra del temor que le tiene tanto a la burguesía como a la avanzada gremial y popular de auténtica izquierda. El Gobernador de Cochabamba, Manfred Reyes Villa, yendo a la ofensiva, pidió a Morales llamar inmediatamente a referéndum para ratificarle o revocarle el mandato, matando tres pájaros de un tiro.
Labels: constitucion boliviana, evo morales, MAS
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