Filosofía Neoliberal Para Ir a la Nada

Por Raúl Pastor Gálvez

Cuando en el carnaval dantesco en que tomamos parte finalmente nos hayamos convertido a la buena o a la mala en caníbales neoliberales, llevaremos inscrito en la frente el decálogo maldito de Caín, que consiste en creer que, como :

1 ) los países fuertes mandan en el orbe entero, en realidad no nos dominan sino que sólo no protegen de nosotros mismos, y como es lógico sus intereses son también los nuestros;

2 ) en el imperio mundial sobreabundan las mercancías los trabajadores también, por donde nadie debe extrañarse de la depreciación constante del salario, sino los que no pueden dejar de serlo;

3 ) los intereses de las burguesías nativas retrasan la integración de los mercados y la concentración de los capitales, sólo un Estado-Supranacional suprimirá los proteccionismos tras los cuales se esconden los que son incapaces de competir de igual a igual con los más grandes;

4 ) Bush realizó el milagro que Friedman apenas vislumbró, entonces es obvio que Dios garantiza la infalibilidad de la Banca, sin lo cual su éxito sería inexplicable;

5 ) los dominadores están armados hasta los dientes y nos espían con Echelon y otras sofistiquerías, aspirar a cambiar el mundo es cosa de inadaptados resentidos;

6 ) los pobres están desde siempre en una situación cada vez peor, es obvio que se merecen, como los pecadores, los indios y los irakíes, lo que les pasa por cojudos;

7 ) todos los comunistas cargan con el estigma del stalinismo mientras no se conviertan al trotskismo, conservar la jerga marxista sobre plusvalía, imperialismo, justicia social y ecología es anticuado;

8 ) somos cristianos consecuente deberemos persistir hasta que no quede a quien explotar ni qué depredar, demostración concluyente de que el progreso capitalista habrá alcanzado su meta;

9 ) la única manera de eliminar la rabia es matando al perro, entonces el único modo de eliminar la fealdad de la pobreza no es maquillando a los pobre sino eliminándolos;

10 ) la vida es tiempo y sólo nos tenemos a nosotros mismos, para gozar a fondo lo que en orden a nuestra ambición nos merecemos deberemos conquistarlo con urgencia al precio que sea.
Recuerda, entonces, amigo, que el mundo sólo podrá ser tuyo -aunque parezca ilógico y temerario- cuando te atrevas a ejercer férrea e inflexiblemente el mando que los mediocres quejumbrosos y los medrosos lastimeros se merecen para mantenerlos siempre por debajo de la raya. La Democracia, la República y el Estado dependen de eso. No es posible dejar que las demandas exageradas de los hambrientos pongan en riesgo la estética de la economía nacional. El tren debe continuar su curso pese a quien le pese. Los que quieran inmolarse para impedirlo deberán estar preparados para el frío de las rejas, el filo de la bayoneta, el fuego de la bala, o el fiasco de la pala. Nada podrá impedir que los neoliberales y sus aliados cumplamos nuestra misión : salvar al Perú y al mundo