El Poder de la Organización Política Obrera
Todo el mundo sabe que en cualquier sociedad dividida en clases las aspiraciones de los unos y de los otros chocan en una serie de contradicciones, que explican la sucesión de períodos de vertiginoso progreso y de crisis estrepitosa, de revolución y de reacción, de paz y de guerra. Pero pocos son conscientes de que tales aspiraciones y contradicciones toman cuerpo en el plano económico pero se resuelven en el plano político, porque allí la burguesía arma y rearma acuerdos para mantener su reino irracional de bienestar con miseria, soberanía con colonialismo, derecho internacional con guerras de intervención, para mantener al proletariado mundial bajo su yugo.
Por eso, bajo el sistema capitalista el proletariado obrero no desaparecerá, pese a lo que digan los revisionistas que vaticinan su desaparición progresiva, mientras siga siendo la clase que crea, maneja, supervisa y renueva los medios, instrumentos, maquinarias y servicios con los que los capitalistas aumentan la productividad, expanden el mercado y concentran la riqueza cada vez en menos manos. Por eso, cuando los obreros se organizan, para luchar, por sus reivindicaciones y por sus banderas, la burguesía perturbada hasta la desesperación más ridícula apela a cualquier infamia para suprimir de la historia la actividad política consciente del proletariado.
Así, en los últimos meses fuimos testigos de cómo la burguesía, el Estado que la representa, y los medios de comunicación que le son serviles, satanizaron hasta el delirio las manifestaciones obreras y populares, alegando, de cara a la opinión pública nacional que eso era “terrorismo”, mientras de cara a los inversionistas internacionales no se cesaban de afirmar que tal no existe. A pesar de que las luchas básicamente económicas de estos meses no plantearon implicancias políticas frontales, la burguesía, consciente del peligro que representa el proceso de reagrupamiento sindical, popular y político en curso, no pudo ocultar su debilidad y su miedo. Empero, el proletariado cada vez más consciente de la inevitabilidad de una lucha política, independiente y unitaria, a la luz de las nuevas condiciones y de sus tradiciones históricas, ha de hacerse finalmente de instituciones de poder propio, como en el pasado la Comuna de París y la Revolución Rusa.
Cuando el Segundo Imperio francés fue derrotado por las tropas prusianas, el hambre y la miseria espolearon al proletariado parisino a organizarse para expulsar a las tropas de esos banqueros. En marzo de 1871, la clase obrera fue mas allá de la lucha por el pan y la defensa nacional al asumir con la Guardia Nacional el poder político, desafiando al régimen y haciendo palidecer a toda la burguesía europea. A pesar de la propaganda artera y de la sangrienta represión, el Comité Central de la Guarda Nacional, fue el Comité Ejecutivo de la Comuna, y los comuneros ( con el apoyo incluso de parte de las tropas contrarias ) pelearon en el histórico barrio obrero de Montmartre como único poder efectivo, después de la huida del corrupto Thiers.
De igual modo, en 1917, una revolución política obrera derrocó primero a la monarquía absolutista rusa y luego al gobierno provisional del régimen burgués que pretendió contener las aspiraciones socialistas de la alianza obrero-campesina, expresada en el primer Estado Obrero triunfante del mundo, con el apoyo decidido de buena parte de la tropa baja del ejército, involucrado en la Primera Guerra Mundial por los Zares para ir en defensa de las naciones más reaccionarias de la Europa de ese tiempo. Ese es el ejemplo de la Revolución Socialista de Octubre : forjada por los mejores militantes obreros de las minas, de la siderurgia, de los ferrocarriles, de los puertos y de las comunicaciones, demostró al mundo que los postulados del Marxismo-Leninismo son válidos para destruir las bases de la sociedad capitalista y crear los de una nueva, donde la propiedad sobre los medios de producción sirva para realizar los máximos ideales de igualdad, plena libertad y fraternidad internacionalista.
Por eso, bajo el sistema capitalista el proletariado obrero no desaparecerá, pese a lo que digan los revisionistas que vaticinan su desaparición progresiva, mientras siga siendo la clase que crea, maneja, supervisa y renueva los medios, instrumentos, maquinarias y servicios con los que los capitalistas aumentan la productividad, expanden el mercado y concentran la riqueza cada vez en menos manos. Por eso, cuando los obreros se organizan, para luchar, por sus reivindicaciones y por sus banderas, la burguesía perturbada hasta la desesperación más ridícula apela a cualquier infamia para suprimir de la historia la actividad política consciente del proletariado.
Así, en los últimos meses fuimos testigos de cómo la burguesía, el Estado que la representa, y los medios de comunicación que le son serviles, satanizaron hasta el delirio las manifestaciones obreras y populares, alegando, de cara a la opinión pública nacional que eso era “terrorismo”, mientras de cara a los inversionistas internacionales no se cesaban de afirmar que tal no existe. A pesar de que las luchas básicamente económicas de estos meses no plantearon implicancias políticas frontales, la burguesía, consciente del peligro que representa el proceso de reagrupamiento sindical, popular y político en curso, no pudo ocultar su debilidad y su miedo. Empero, el proletariado cada vez más consciente de la inevitabilidad de una lucha política, independiente y unitaria, a la luz de las nuevas condiciones y de sus tradiciones históricas, ha de hacerse finalmente de instituciones de poder propio, como en el pasado la Comuna de París y la Revolución Rusa.
Cuando el Segundo Imperio francés fue derrotado por las tropas prusianas, el hambre y la miseria espolearon al proletariado parisino a organizarse para expulsar a las tropas de esos banqueros. En marzo de 1871, la clase obrera fue mas allá de la lucha por el pan y la defensa nacional al asumir con la Guardia Nacional el poder político, desafiando al régimen y haciendo palidecer a toda la burguesía europea. A pesar de la propaganda artera y de la sangrienta represión, el Comité Central de la Guarda Nacional, fue el Comité Ejecutivo de la Comuna, y los comuneros ( con el apoyo incluso de parte de las tropas contrarias ) pelearon en el histórico barrio obrero de Montmartre como único poder efectivo, después de la huida del corrupto Thiers.
De igual modo, en 1917, una revolución política obrera derrocó primero a la monarquía absolutista rusa y luego al gobierno provisional del régimen burgués que pretendió contener las aspiraciones socialistas de la alianza obrero-campesina, expresada en el primer Estado Obrero triunfante del mundo, con el apoyo decidido de buena parte de la tropa baja del ejército, involucrado en la Primera Guerra Mundial por los Zares para ir en defensa de las naciones más reaccionarias de la Europa de ese tiempo. Ese es el ejemplo de la Revolución Socialista de Octubre : forjada por los mejores militantes obreros de las minas, de la siderurgia, de los ferrocarriles, de los puertos y de las comunicaciones, demostró al mundo que los postulados del Marxismo-Leninismo son válidos para destruir las bases de la sociedad capitalista y crear los de una nueva, donde la propiedad sobre los medios de producción sirva para realizar los máximos ideales de igualdad, plena libertad y fraternidad internacionalista.
Labels: obreros, organizacion obrera, organizacion politica, proletariado, proletariado obrero
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