Breve apunte sobre los ejes de la lucha actual
Tal como habíamos previsto, los recientes acontecimientos acaecidos en Chao-Virú, Costa norte del Perú, en relación al papel del proletariado agrario, confirman este sector como un tercer eje de acumulación de fuerzas en el curso actual de la lucha de clases en la región.
La lucha del proletariado agrícola, junto al campesinado sin tierra, en costa, sierra y selva, e incluso la del campesino pobre, medio y rico, agredidos por los grandes agentes del comercio y de la banca, y en especial la del campesinado de las zonas donde la minería, la tala y el latifundio resurgido los condena a la ruina de sus economías y de sus sistemas antropo-ecológicos, asegura una fuerza capaz de complementar el sostenimiento de políticas de desarrollo autosostenido y de contrarestamiento de campañas de aislamiento y guerra usados por los entreguistas y sus socios.
La lucha de las etnias, de las nacionalidades y de las regiones por estructurar mecanismos que arropen la consolidación de sus mercados y de sus capitales, y que estructuren órganos legislativos regionales con poder suficiente para defender consecuentemente sus recursos estratégicos y oportunidades potenciales, en la línea de un desarrollo consecuente con sus proyectos y con las particularidades de sus sistemas antropo-ecológicos y de las tecnologías adecuadas susceptibles de usarse para generar empleo masivo sin el costo de la sobreexplotación del trabajo y de la depredación de los recursos, se convierte en un elemento vital para restituirle virtuosidad a la unidad naturaleza-cultura.
Creemos que es igualmente gravitante destacar como imprescindibles :
* la constitución, en ciudad y campo, de organismos capaces de coordinar, centralizar y concentrar todas las fuerzas laborales posibles para golpear en un solo punto cada vez;
* la construcción de un partido obrero, socialista y revolucionario a partir de la fusión de los núcleos marxistas susceptibles de responder al imperativo bolchevique en estos tiempo;
* la convergencia de un frente de izquierdas tras un eje táctico-estratégico capaz de alejarnos de la domesticación actual, la desaparición oficial, y la dependencia política de clase.
* la coordinación de una amplia coalición electoral de organizaciones por la independencia nacional, la democracia directa, la justicia social, la refundación de la república y la defensa antropo-ecológica.
Ello marca, para quienes pretendemos actuar en el seno de los sectores estratégicos de la produccción, el sentido y el carácter de la construcción de organismos que expresen, en torno a la más estrecha relación entre los obreros y los campesinos, la voluntad de un poper político capaz de aprovechar las relaciones producción y de creación culturales susceptibles de ser usadas para contrarestar los problemas que las fuerzas destructivas de la Gran Burguesía Comercial y Financiera y sus socios parasitarios nacionales y transnacionales generan en economías neocoloniales como la nuestra y en pseudo-democracias lastradas por el fascismo, la corrupción y las drogas.
La lucha de los obreros de los sectores estratégicos de la producción, en general (agua, petróleo, gas e hidroeléctricas; transporte aéreo, portuario, terrestre y comunicaciones; minería, pesca, mercados y aduanas), y en particular la de los que trabajan directa o indirectamente para las transnacionales, asegura la continuidad de un eje susceptible de vincular tras de sí a todas las clases sociales aprovechando las contradicciones internas, las condiciones internacionales, y la fuerza efectiva de los agentes más progresivos de la lucha contra el imperialismo unificado, en el sentido de la nacionalización y de la socialización de las principales palancas del desarrollo en libertad y en igualdad.
La lucha de los obreros de los sectores estratégicos de la producción, en general (agua, petróleo, gas e hidroeléctricas; transporte aéreo, portuario, terrestre y comunicaciones; minería, pesca, mercados y aduanas), y en particular la de los que trabajan directa o indirectamente para las transnacionales, asegura la continuidad de un eje susceptible de vincular tras de sí a todas las clases sociales aprovechando las contradicciones internas, las condiciones internacionales, y la fuerza efectiva de los agentes más progresivos de la lucha contra el imperialismo unificado, en el sentido de la nacionalización y de la socialización de las principales palancas del desarrollo en libertad y en igualdad.
La lucha del proletariado agrícola, junto al campesinado sin tierra, en costa, sierra y selva, e incluso la del campesino pobre, medio y rico, agredidos por los grandes agentes del comercio y de la banca, y en especial la del campesinado de las zonas donde la minería, la tala y el latifundio resurgido los condena a la ruina de sus economías y de sus sistemas antropo-ecológicos, asegura una fuerza capaz de complementar el sostenimiento de políticas de desarrollo autosostenido y de contrarestamiento de campañas de aislamiento y guerra usados por los entreguistas y sus socios.
La lucha de las etnias, de las nacionalidades y de las regiones por estructurar mecanismos que arropen la consolidación de sus mercados y de sus capitales, y que estructuren órganos legislativos regionales con poder suficiente para defender consecuentemente sus recursos estratégicos y oportunidades potenciales, en la línea de un desarrollo consecuente con sus proyectos y con las particularidades de sus sistemas antropo-ecológicos y de las tecnologías adecuadas susceptibles de usarse para generar empleo masivo sin el costo de la sobreexplotación del trabajo y de la depredación de los recursos, se convierte en un elemento vital para restituirle virtuosidad a la unidad naturaleza-cultura.
Creemos que es igualmente gravitante destacar como imprescindibles :
* la constitución, en ciudad y campo, de organismos capaces de coordinar, centralizar y concentrar todas las fuerzas laborales posibles para golpear en un solo punto cada vez;
* la construcción de un partido obrero, socialista y revolucionario a partir de la fusión de los núcleos marxistas susceptibles de responder al imperativo bolchevique en estos tiempo;
* la convergencia de un frente de izquierdas tras un eje táctico-estratégico capaz de alejarnos de la domesticación actual, la desaparición oficial, y la dependencia política de clase.
* la coordinación de una amplia coalición electoral de organizaciones por la independencia nacional, la democracia directa, la justicia social, la refundación de la república y la defensa antropo-ecológica.
En una línea simbólica podríamos decir que nuestra propuesta se estructura alrededor de tres colores :
a ) blanco, en representación de una línea antimilitarista, antiintervencionista y antiicolonialista consecuente, que se afirma en el más irrestricto derecho de los pueblos y de las naciones a su autonomía y autoderminación;
b ) verde, en representación de una línea militantemente anti-utilitaria, anti-instrumentalista y anti-predatoria, que afirmándose en lo mejor de la ciencia, la tecnica y la sabiduriía viva de los pueblos conserve los recursos humanos, culturales y naturales para la promoción de una comunión cósmica y ecuménica;
c ) rojo, en representación de una línea de confirmación marxista y democrática, que confirme su vocación militante por la emancipación de los trabajadores, la realización plena de los derechos humanos, y la desaparición de todas las formas destructivas de la irracionalidad, esto es, la crisis y la desigualdad, la guerra y la represión, la evasión y la manipulación.
a ) blanco, en representación de una línea antimilitarista, antiintervencionista y antiicolonialista consecuente, que se afirma en el más irrestricto derecho de los pueblos y de las naciones a su autonomía y autoderminación;
b ) verde, en representación de una línea militantemente anti-utilitaria, anti-instrumentalista y anti-predatoria, que afirmándose en lo mejor de la ciencia, la tecnica y la sabiduriía viva de los pueblos conserve los recursos humanos, culturales y naturales para la promoción de una comunión cósmica y ecuménica;
c ) rojo, en representación de una línea de confirmación marxista y democrática, que confirme su vocación militante por la emancipación de los trabajadores, la realización plena de los derechos humanos, y la desaparición de todas las formas destructivas de la irracionalidad, esto es, la crisis y la desigualdad, la guerra y la represión, la evasión y la manipulación.
Desarrollemos, en la línea de la crítica y la praxis revolucionaria, todas las iniciativas necesarias para capitalizar las condiciones subjetivas y objetivas para el cambio. La historia no se hace sola. El mal existe porque no hemos hecho lo suficiente para extirparlo. El conocimiento nos permite anticipar, modelar y rectificar la sinergia de la acción humana. Lo responsable no es temerle a los errores, sino temerle a no cometerlos o a no rectificarlos. El mundo es nuestra casa y nosotros sus artífices. La redención del proletariado será su propia obra, la salvación del planeta, obra nuestra.
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