Breve apunte sobre los ejes de la lucha actual

Ello marca, para quienes pretendemos actuar en el seno de los sectores estratégicos de la produccción, el sentido y el carácter de la construcción de organismos que expresen, en torno a la más estrecha relación entre los obreros y los campesinos, la voluntad de un poper político capaz de aprovechar las relaciones producción y de creación culturales susceptibles de ser usadas para contrarestar los problemas que las fuerzas destructivas de la Gran Burguesía Comercial y Financiera y sus socios parasitarios nacionales y transnacionales generan en economías neocoloniales como la nuestra y en pseudo-democracias lastradas por el fascismo, la corrupción y las drogas.
La lucha de los obreros de los sectores estratégicos de la producción, en general (agua, petróleo, gas e hidroeléctricas; transporte aéreo, portuario, terrestre y comunicaciones; minería, pesca, mercados y aduanas), y en particular la de los que trabajan directa o indirectamente para las transnacionales, asegura la continuidad de un eje susceptible de vincular tras de sí a todas las clases sociales aprovechando las contradicciones internas, las condiciones internacionales, y la fuerza efectiva de los agentes más progresivos de la lucha contra el imperialismo unificado, en el sentido de la nacionalización y de la socialización de las principales palancas del desarrollo en libertad y en igualdad.
La lucha de los obreros de los sectores estratégicos de la producción, en general (agua, petróleo, gas e hidroeléctricas; transporte aéreo, portuario, terrestre y comunicaciones; minería, pesca, mercados y aduanas), y en particular la de los que trabajan directa o indirectamente para las transnacionales, asegura la continuidad de un eje susceptible de vincular tras de sí a todas las clases sociales aprovechando las contradicciones internas, las condiciones internacionales, y la fuerza efectiva de los agentes más progresivos de la lucha contra el imperialismo unificado, en el sentido de la nacionalización y de la socialización de las principales palancas del desarrollo en libertad y en igualdad.

La lucha del proletariado agrícola, junto al campesinado sin tierra, en costa, sierra y selva, e incluso la del campesino pobre, medio y rico, agredidos por los grandes agentes del comercio y de la banca, y en especial la del campesinado de las zonas donde la minería, la tala y el latifundio resurgido los condena a la ruina de sus economías y de sus sistemas antropo-ecológicos, asegura una fuerza capaz de complementar el sostenimiento de políticas de desarrollo autosostenido y de contrarestamiento de campañas de aislamiento y guerra usados por los entreguistas y sus socios.
La lucha de las etnias, de las nacionalidades y de las regiones por estructurar mecanismos que arropen la consolidación de sus mercados y de sus capitales, y que estructuren órganos legislativos regionales con poder suficiente para defender consecuentemente sus recursos estratégicos y oportunidades potenciales, en la línea de un desarrollo consecuente con sus proyectos y con las particularidades de sus sistemas antropo-ecológicos y de las tecnologías adecuadas susceptibles de usarse para generar empleo masivo sin el costo de la sobreexplotación del trabajo y de la depredación de los recursos, se convierte en un elemento vital para restituirle virtuosidad a la unidad naturaleza-cultura.
Creemos que es igualmente gravitante destacar como imprescindibles :
* la constitución, en ciudad y campo, de organismos capaces de coordinar, centralizar y concentrar todas las fuerzas laborales posibles para golpear en un solo punto cada vez;
* la construcción de un partido obrero, socialista y revolucionario a partir de la fusión de los núcleos marxistas susceptibles de responder al imperativo bolchevique en estos tiempo;
* la convergencia de un frente de izquierdas tras un eje táctico-estratégico capaz de alejarnos de la domesticación actual, la desaparición oficial, y la dependencia política de clase.
* la coordinación de una amplia coalición electoral de organizaciones por la independencia nacional, la democracia directa, la justicia social, la refundación de la república y la defensa antropo-ecológica.
En una línea simbólica podríamos decir que nuestra propuesta se estructura alrededor de tres colores :
a ) blanco, en representación de una línea antimilitarista, antiintervencionista y antiicolonialista consecuente, que se afirma en el más irrestricto derecho de los pueblos y de las naciones a su autonomía y autoderminación;
b ) verde, en representación de una línea militantemente anti-utilitaria, anti-instrumentalista y anti-predatoria, que afirmándose en lo mejor de la ciencia, la tecnica y la sabiduriía viva de los pueblos conserve los recursos humanos, culturales y naturales para la promoción de una comunión cósmica y ecuménica;
c ) rojo, en representación de una línea de confirmación marxista y democrática, que confirme su vocación militante por la emancipación de los trabajadores, la realización plena de los derechos humanos, y la desaparición de todas las formas destructivas de la irracionalidad, esto es, la crisis y la desigualdad, la guerra y la represión, la evasión y la manipulación.
a ) blanco, en representación de una línea antimilitarista, antiintervencionista y antiicolonialista consecuente, que se afirma en el más irrestricto derecho de los pueblos y de las naciones a su autonomía y autoderminación;
b ) verde, en representación de una línea militantemente anti-utilitaria, anti-instrumentalista y anti-predatoria, que afirmándose en lo mejor de la ciencia, la tecnica y la sabiduriía viva de los pueblos conserve los recursos humanos, culturales y naturales para la promoción de una comunión cósmica y ecuménica;
c ) rojo, en representación de una línea de confirmación marxista y democrática, que confirme su vocación militante por la emancipación de los trabajadores, la realización plena de los derechos humanos, y la desaparición de todas las formas destructivas de la irracionalidad, esto es, la crisis y la desigualdad, la guerra y la represión, la evasión y la manipulación.
Desarrollemos, en la línea de la crítica y la praxis revolucionaria, todas las iniciativas necesarias para capitalizar las condiciones subjetivas y objetivas para el cambio. La historia no se hace sola. El mal existe porque no hemos hecho lo suficiente para extirparlo. El conocimiento nos permite anticipar, modelar y rectificar la sinergia de la acción humana. Lo responsable no es temerle a los errores, sino temerle a no cometerlos o a no rectificarlos. El mundo es nuestra casa y nosotros sus artífices. La redención del proletariado será su propia obra, la salvación del planeta, obra nuestra.
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