Ser o no ser, hacer o no hacer

Por Facundo Bazán

Imaginar un mundo posible, realizarlo contra viento y marea, urdirlo con pasión en los detalles es la obra colectiva de hombres que se hacen libres mientras intentan serlo junto a los demás. Producirse a sí mismo mientras producimos cambios en las circunstancias reales del mundo como es, es el lance en que morimos para no morir. Vencer o perder son los extremos del combate emprendido, pero salvar lo salvable, sumarlo, negarlo, eso es asumir en todo la responsabilidad de la aventura en la que somos héroes, aunque nos digan villanos.

El hombre son todos los hombres y el tiempo, todos los tiempos, pues el gran desenlace de todos ellos es el momento final del asalto a la cima del Olimpo donde los dioses ocultan el secreto de su Poder. Saltar es cosa seria porque sólo los serios saltan, y aunque salten juntos o en tiempos y acordes diferentes, nunca saltan imprudentemente, porque son hombres.

Tener o no tener los medios para esculpir la historia es la imagen de la verdadera pobreza. Ser pobre no significa ser impotente para crear los medios para el asalto al cielo; ser impotente es creerse una entidad de pobres medios. Los medios para crearse una historia diferente nos hacen potentes si la imagen de la historia concebida es ajena a la pobreza del miedo.