¿Por qué ni El Frontón ni Castro Castro serán parte del juicio a Fujimori?
Por Facundo Bazán
Ahora que empieza la farsa del juzgamiento de uno más de los genocidios “republicanos” perpetrados en nombre de la “patriótica” cruzada antes contra-subversiva y ahora antiterrorista, en la filosofía fascista de que el Estado tiene derecho a auto-defenderse, vale recordar hechos que no forman parte de las imputaciones por genocidio seleccionadas ya por la CVR, ya por los responsables de los cuadernos de extradición, ya por los jueces chilenos, contra el fascista japonés que nos gobernó más de una década y que, ahora, septuagenario, vuelve para pasar su carcelería en casita o en algún hotelito dorado, como su paradigma, Pinochet. Esto es vital para entender por qué algunos casos no serán materia de juzgamiento y otros sí.
La razón la hemos venido a entender al escuchar a Jaime de Althaus, recién llegadito Fujimori, contravenir enfáticamente a su entrevistado, el responsable elegido para los casos de la Extradición, en el sentido en que Martin Rivas, ejecutor, testigo de excepción del Grupo Colina, y única prueba viviente de los crímenes orquestados por Fujimori, “en realidad nunca habría dado una declaración incriminatoria fehacientemente directa y probada que vincule al reo asiático en la preparación y ejecución de La Cantuta y Barrios Altos”. Aseveración que sospechosamente el entrevistado no resistió ni desmintió, con la seguridad que se supone debería tener quien conoce el caso exhaustivamente. Al final, el entrevistado dejó flotando en el aire el principio de que a la falta de pruebas plenas la duda favorece al reo, por lo que si en los casos materia de juzgamiento no habría forma contundente de probar la responsabilidad del extraditado. Este hecho marca el destino del juicio y el montaje acordado con García Pérez para devolverle el favor recibido en su fuga. Por esa razón habría viajado la Ministra de Justicia a Chile para darle públicamente todas las garantías para su regreso. Por esa razón, a pesar de nuestro diferendo marítimo, García celebrará TLC con Chile para terminar de entregar al Perú, tal como Chile celebrará TLC con Japón, para sellar la ventaja que le dio entregar con garantías la perla oriental con garantía. Cosas que se entienden si se toma en cuenta la cantidad de visitas orientales a Chile para abogar por Fujimori y sus repercusiones en Perú. Por eso la extrema delicadeza aprista al tratar el asunto como una cuestión sólo judicial.
Vale recordar que en realidad uno de los acontecimientos más graves en la sórdida guerra sucia contra-subversiva llevada a cabo por el Estado Peruano contra la izquierda maoísta alzada en armas fue el asesinato de 100 de estos prisioneros, en mayo de 1992, en plena “primavera democrática” por el entonces “salvador de la patria” Alberto Fujimori, con el trabajo perpetrado por un comando criminal del Servicio de Inteligencia Nacional, que operó desde dentro, antes, durante y después de la matanza, para encubrir bajo la cifra de asesinados, en particular a una decena de dirigentes históricos, presos allí, públicas ya las pugnas entre dos o más líneas dentro de la organización gonzalista.
A estos dirigentes fusilados, les pasó lo mismo que le ocurrió al comando MRTA en la Embajada Japonesa, que fueron ajusticiados cobardemente cuando salieron al exterior en señal de rendimiento, concluida la escaramuza, como han demostrado pericias criminalísticas. El asesinato fue decididamente selectivo, pues la mayor parte de miembros de cúpula eran llamados por lista y luego fusilados. El asunto viene al caso sobre todo porque Martín Rivas, ex- mayor del ejército, uno de los jefes del tenebroso Servicio de Inteligencia Nacional, brazo derecho de Montesinos, y jefe de operaciones del "Grupo Colina", fue quien testimonió en el lugar de los hechos y durante la reconstrucción de los acontecimientos del 92, ante el periodista Humberto Jara, en el diario La República, edición del 24 de setiembre 2003, con lujo de detalles cómo se organizó la matanza. De acuerdo a su testimonio : "Alberto Fujimori, Presidente de la República, conoció y autorizó el plan de eliminación extrajudicial de los prisioneros del PCP, en tanto que el planeamiento para la toma del penal se realizó en el SIN para restaurar el principio de autoridad". (La República, 24/09/03). Confesó que : "Un pelotón militar, dirigido por él mismo, ingresó al penal con el objetivo de aniquilar a cada uno de los integrantes de la dirigencia senderista, dejando a salvo a Osmán Morote para azuzar las mutuas sospechas sembradas entre éste y Guzmán. Muertes reportadas por Fujimori como “caídos en refriega", versión que habría corroborado Morote, quien se salvó.
Según La República, el sábado 9 de mayo de 1992 fueron ajusticiados extrajudicialmente : Deodato Juárez Cruzatt, Yovanka Pardavé Trujillo, Tito Valle Travesaño, Janet Talavera Arroyo, Elvia Zanabria Pacheco, Ana Pilar Castillo Villanueva, Andrés Agüero Garamendi, José Antonio Aranda Company, Victoria Trujillo Abanto, Ramiro Mina Quispe Flores, Servio Campos Fernández, Fidel Rogelio Castro Palomino y Marcos Ccallocunto Núñez". Listado a tener en cuenta para saber en qué situación quedó luego de esto el PCP histórico, si su número total de dirigentes era de diecinueve, estaban presos catorce, libres cinco, y a salvo uno en cärcel.
Martín Rivas tiene aún muchas cosas por revelar; tantas como Montesinos y el propio Fujimori, a quien hemos escuchado decir que “esta vez diré toda la verdad que Montesinos calla”. Más leña y texto al parlamento de un sainete montado para hacernos creer que el largo brazo de la ley en el Perú sirve, después de todo, para algo más que para limpiarse los mocos, asesinar extrajudicialmente terroristas rendidos, abalear a desarmados obreros en las minas, o ejecutar en las calles a los manifestantes sociales, al amparo del fascista D.Leg. Nº 982 dado por el Ejecutivo, sin protestas parlamentarias, ni siquiera las del Partido Nacionalista, ahora llamado a formar parte del Frente Cívico y Social convocado por la CGTP, de graves repercusiones, si se tienen en cuenta que ello propende a la táctica electorera en la que se han enzarzado desde ahora el PS de Diez Canseco, PR de Moreno y otros núcleos aquerenciado en la democracia burguesa, como los mansos toros sin casta.
Ahora que empieza la farsa del juzgamiento de uno más de los genocidios “republicanos” perpetrados en nombre de la “patriótica” cruzada antes contra-subversiva y ahora antiterrorista, en la filosofía fascista de que el Estado tiene derecho a auto-defenderse, vale recordar hechos que no forman parte de las imputaciones por genocidio seleccionadas ya por la CVR, ya por los responsables de los cuadernos de extradición, ya por los jueces chilenos, contra el fascista japonés que nos gobernó más de una década y que, ahora, septuagenario, vuelve para pasar su carcelería en casita o en algún hotelito dorado, como su paradigma, Pinochet. Esto es vital para entender por qué algunos casos no serán materia de juzgamiento y otros sí.
La razón la hemos venido a entender al escuchar a Jaime de Althaus, recién llegadito Fujimori, contravenir enfáticamente a su entrevistado, el responsable elegido para los casos de la Extradición, en el sentido en que Martin Rivas, ejecutor, testigo de excepción del Grupo Colina, y única prueba viviente de los crímenes orquestados por Fujimori, “en realidad nunca habría dado una declaración incriminatoria fehacientemente directa y probada que vincule al reo asiático en la preparación y ejecución de La Cantuta y Barrios Altos”. Aseveración que sospechosamente el entrevistado no resistió ni desmintió, con la seguridad que se supone debería tener quien conoce el caso exhaustivamente. Al final, el entrevistado dejó flotando en el aire el principio de que a la falta de pruebas plenas la duda favorece al reo, por lo que si en los casos materia de juzgamiento no habría forma contundente de probar la responsabilidad del extraditado. Este hecho marca el destino del juicio y el montaje acordado con García Pérez para devolverle el favor recibido en su fuga. Por esa razón habría viajado la Ministra de Justicia a Chile para darle públicamente todas las garantías para su regreso. Por esa razón, a pesar de nuestro diferendo marítimo, García celebrará TLC con Chile para terminar de entregar al Perú, tal como Chile celebrará TLC con Japón, para sellar la ventaja que le dio entregar con garantías la perla oriental con garantía. Cosas que se entienden si se toma en cuenta la cantidad de visitas orientales a Chile para abogar por Fujimori y sus repercusiones en Perú. Por eso la extrema delicadeza aprista al tratar el asunto como una cuestión sólo judicial.
Vale recordar que en realidad uno de los acontecimientos más graves en la sórdida guerra sucia contra-subversiva llevada a cabo por el Estado Peruano contra la izquierda maoísta alzada en armas fue el asesinato de 100 de estos prisioneros, en mayo de 1992, en plena “primavera democrática” por el entonces “salvador de la patria” Alberto Fujimori, con el trabajo perpetrado por un comando criminal del Servicio de Inteligencia Nacional, que operó desde dentro, antes, durante y después de la matanza, para encubrir bajo la cifra de asesinados, en particular a una decena de dirigentes históricos, presos allí, públicas ya las pugnas entre dos o más líneas dentro de la organización gonzalista.
A estos dirigentes fusilados, les pasó lo mismo que le ocurrió al comando MRTA en la Embajada Japonesa, que fueron ajusticiados cobardemente cuando salieron al exterior en señal de rendimiento, concluida la escaramuza, como han demostrado pericias criminalísticas. El asesinato fue decididamente selectivo, pues la mayor parte de miembros de cúpula eran llamados por lista y luego fusilados. El asunto viene al caso sobre todo porque Martín Rivas, ex- mayor del ejército, uno de los jefes del tenebroso Servicio de Inteligencia Nacional, brazo derecho de Montesinos, y jefe de operaciones del "Grupo Colina", fue quien testimonió en el lugar de los hechos y durante la reconstrucción de los acontecimientos del 92, ante el periodista Humberto Jara, en el diario La República, edición del 24 de setiembre 2003, con lujo de detalles cómo se organizó la matanza. De acuerdo a su testimonio : "Alberto Fujimori, Presidente de la República, conoció y autorizó el plan de eliminación extrajudicial de los prisioneros del PCP, en tanto que el planeamiento para la toma del penal se realizó en el SIN para restaurar el principio de autoridad". (La República, 24/09/03). Confesó que : "Un pelotón militar, dirigido por él mismo, ingresó al penal con el objetivo de aniquilar a cada uno de los integrantes de la dirigencia senderista, dejando a salvo a Osmán Morote para azuzar las mutuas sospechas sembradas entre éste y Guzmán. Muertes reportadas por Fujimori como “caídos en refriega", versión que habría corroborado Morote, quien se salvó.
Según La República, el sábado 9 de mayo de 1992 fueron ajusticiados extrajudicialmente : Deodato Juárez Cruzatt, Yovanka Pardavé Trujillo, Tito Valle Travesaño, Janet Talavera Arroyo, Elvia Zanabria Pacheco, Ana Pilar Castillo Villanueva, Andrés Agüero Garamendi, José Antonio Aranda Company, Victoria Trujillo Abanto, Ramiro Mina Quispe Flores, Servio Campos Fernández, Fidel Rogelio Castro Palomino y Marcos Ccallocunto Núñez". Listado a tener en cuenta para saber en qué situación quedó luego de esto el PCP histórico, si su número total de dirigentes era de diecinueve, estaban presos catorce, libres cinco, y a salvo uno en cärcel.
Martín Rivas tiene aún muchas cosas por revelar; tantas como Montesinos y el propio Fujimori, a quien hemos escuchado decir que “esta vez diré toda la verdad que Montesinos calla”. Más leña y texto al parlamento de un sainete montado para hacernos creer que el largo brazo de la ley en el Perú sirve, después de todo, para algo más que para limpiarse los mocos, asesinar extrajudicialmente terroristas rendidos, abalear a desarmados obreros en las minas, o ejecutar en las calles a los manifestantes sociales, al amparo del fascista D.Leg. Nº 982 dado por el Ejecutivo, sin protestas parlamentarias, ni siquiera las del Partido Nacionalista, ahora llamado a formar parte del Frente Cívico y Social convocado por la CGTP, de graves repercusiones, si se tienen en cuenta que ello propende a la táctica electorera en la que se han enzarzado desde ahora el PS de Diez Canseco, PR de Moreno y otros núcleos aquerenciado en la democracia burguesa, como los mansos toros sin casta.
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