Se acabó la tregua, ¿pero realmente se acabó?
Por Facundo Bazán
La CGTP convocó a la II Asamblea Nacional de Delegados el sábado 6 de octubre, en el Auditorio de la Federación de Trabajadores en Construcción Civil del Perú, y allí determinó poner fin a la tregua brindada al gobierno, tras el devastador terremoto del pasado 15 de agosto, reiniciándose las acciones de fuerza a fin que la administración aprista solucione los graves problemas nacionales que prometió, pero que abandonó y cambió por posturas totalmente antagónicas.
“Hemos decidido implementar el 8 de noviembre una jornada nacional de lucha, con paralizaciones en diversas regiones organizadas por sus respectivos frentes, asambleas regionales y confederaciones, así como marchas, movilizaciones, paros sectoriales”, precisaron los dirigentes.
Entre tanto, la anunciada Huelga General de la Federación Nacional de Trabajadores Mineros, Metalúrgicos y Siderúrgicos ha sido postergada para noviembre también, aunque bases como la Southern se han lanzado desde ahora a la huelga, en gesto que puede ser necesario pero que puede precipitar o abortar resultados que afecten al resto de las bases del sector.
Del mismo modo, el cierre del discutido presupuesto general de la república en estos días ha empujado a las burladas bases sindicales de la docencia universitaria de la FENDUP a dividir sus tendencias, entre quienes promueven una huelga nacional inmediata y los que están más bien dispuestos a esperar que la conversación se agote en el Congreso y se termine el ciclo.
En cualquier caso, la agenda de temas conflictivos se viene cargada y promete un ambiente de discusión que servirá para conocer las tendencias de los distintos sectores, algunos de los cuales han puesto las barbas oportunistas en remojo y se aprestan desde ahora a afinar sus maquinarias electoreras con vistas al 2011, como es el caso del PS de Diezcanseco.
La CGTP convocó a la II Asamblea Nacional de Delegados el sábado 6 de octubre, en el Auditorio de la Federación de Trabajadores en Construcción Civil del Perú, y allí determinó poner fin a la tregua brindada al gobierno, tras el devastador terremoto del pasado 15 de agosto, reiniciándose las acciones de fuerza a fin que la administración aprista solucione los graves problemas nacionales que prometió, pero que abandonó y cambió por posturas totalmente antagónicas.
“Hemos decidido implementar el 8 de noviembre una jornada nacional de lucha, con paralizaciones en diversas regiones organizadas por sus respectivos frentes, asambleas regionales y confederaciones, así como marchas, movilizaciones, paros sectoriales”, precisaron los dirigentes.
Entre tanto, la anunciada Huelga General de la Federación Nacional de Trabajadores Mineros, Metalúrgicos y Siderúrgicos ha sido postergada para noviembre también, aunque bases como la Southern se han lanzado desde ahora a la huelga, en gesto que puede ser necesario pero que puede precipitar o abortar resultados que afecten al resto de las bases del sector.
Del mismo modo, el cierre del discutido presupuesto general de la república en estos días ha empujado a las burladas bases sindicales de la docencia universitaria de la FENDUP a dividir sus tendencias, entre quienes promueven una huelga nacional inmediata y los que están más bien dispuestos a esperar que la conversación se agote en el Congreso y se termine el ciclo.
En cualquier caso, la agenda de temas conflictivos se viene cargada y promete un ambiente de discusión que servirá para conocer las tendencias de los distintos sectores, algunos de los cuales han puesto las barbas oportunistas en remojo y se aprestan desde ahora a afinar sus maquinarias electoreras con vistas al 2011, como es el caso del PS de Diezcanseco.
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