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Wednesday, October 10, 2007

El Mundo al revés de Mirko Lauer o...

El mundo al revés de Mirko Lauer, o los ‘ridículos’ efectos del próximo TLC-USA

Tomado de Mirko Lauer, La República, enviado por cgtp.cgtp.org.pe, extractado y comentado por Facundo Bazán

Con la fina ironía que le caracteriza, M. Lauer nos tranquiliza en tono pro-gubernamental contra todo mal augurio acerca de la pronta llegada del TLC, “incluso antes de mes” (puesto que lo grave no es que llegue el TLC sino todo el alboroto que podrían haber causado) los anti-TLC (que menos mal) ahora están dedicados al asunto anti-minero; de modo que tan nada pasará que empresarios y políticos descorcharán champagne (…) sin mayores incidentes.

Supone además que los anti-TLC son los mismos alborotadores que promueven artificialmente la lucha anti-minera de los pueblos y comunidades contra el acaparamiento y el envenenamiento del agua que aquellas causan, sean pequeñas, medianas, inmensas, nacionales, transnacionales o locales.

Será que, según él, este es un país de gente toda contenta con las maravillas abundantes que tenemos y el enorme grado de responsabilidad y sensibilidad de las empresas respecto de la legalidad y el conjunto de los derechos de los trabajadores y de los ciudadanos?

Será que él cree que el tamaño de la izquierda es, tan diminuto desde que él la dejó, que no da para más que para algo semejante al grupo de teatro pobre que tenían sus amigos del setenta, cuando un solo actor hacía todos los papeles, cambiándose sin más ni más delante del público, para hacer evidente que, después de todo, todo no era sino un juego o un espejismo?

¿Supone Lauer que los problemas del proletariado peruano son en realidad producto de una cuestión hermenéutica en la interpretación de las muestras tomadas aquí y allá por consultoras de parte, oficiales u oficiosas, o una cuestión de simple doxología o de opiniones encontradas; o de relatividades einstenianas explicables por la ubicación de los observadores dentro de la verticalidad del espectro social, y por lo tanto, en definitiva, una cuestión de subjetividades interesadas en ver inconvenientes donde sólo hay oportunidades?

Supone él que "la llegada del TLC (no hará diferencia) en términos contables para los exportadores (puesto que todo seguirá igual, tratándose de) una (simple) prolongación del ATPDEA", para el que, sin embargo, se han tomado toda la molestia de esconder textos, festinar trámites, ir de acá para allá en el avión parrandero, dar lata durante dos períodos gubernamentales a don Bush, en persona, con nuestros lloriqueos "empresariales"?

Supone que, el entusiasmo de exportadores e importadores, y el de los pro-imperialistas partidarios del “TLC, sí o sí”, y los del “TLC, así no", o el del "no tan así” están contentos por las puras alverjas como para descorcharse más de una centena de Dom Pérignon Rosé Champagne de $400 c/u y otras exquisiteces, de esas de las que él sabe más que nosotros?

Más bien, nos dice que (de inmediato) "los impactos que pudieran sentirse (...) no serán perjudiciales para el pueblo ... sino benéficos para los ricos”, (como si ello no fuera lo mismo), puesto que se abaratarán los lujosos Cadillacs, ahora con el 12% de arancel, que todos ellos ahora podrán democratizar!!!

Nadie debe esperar -pues, según él- inmediatos efectos dramáticos, como auguraban los aguafiestas alarmistas, "porque estando ya rodeados, como estamos, de los efectos benéficos de otros impactos en la economía de las personas, como un dólar más abundante, causado por la minería, (por tanto asequible a los pobres que puedan ahorrar) ello no necesariamente es malo, aunque el Banco Central de Reserva gaste sus fondos en comprar remesas para equilibrarlo y proteger a la gran burguesía nativa.

Por lo demás, no, no; no hay que exagerar; los alimentos (ya sin TLC) “más caros”, nunca podrían ser con el TLC-USA más caros de lo que ya son. En todo caso, aunque el TLC los subiera, ese sería el buen síntoma, de que estaríamos exportando lo que comemos al mercado norteamericano, bueno para el sector exportador y para nosotros, puesto que si ellos ganan, con ellos ganamos todos. Si, eventualmente, el pueblo debiera ser abastecido con la pequeña molestia de productos de menor calidad, con toda seguridad ellos serían más baratos y abundantes, como los del Asia, por lo que se aprestan a firmar el TLC-China, tan previsores como son nuestros políticos nativos).

Así que, si el panorama financiero es algo más incierto (pero nada realmente alarmante), con toda seguridad que entre la minería, el TLC-USA, el TLC-China, el TLC-Chile, el CONVEMAR, la venta de puertos y aeropuertos, la lotización completa de las selvas vírgenes, la penetración brasilera por Paita e Ilo, la deforestación, el festín del gas, etc., el TLC-USA no va a ser precisamente igual a la caída del Muro de Berlín.

De modo que no exageremos, pues. Después de todo cuando nos están amputando un brazo… el pequeño dolor de una sacada de muela ni se siente, verdad?

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