Revolución y Contrarrevolución en la Historia Francesa (Capítulo III)
Por Facundo Bazán
Camino a la Comuna de París
El 4 de septiembre de 1870, se proclamó la III República, siendo Adolfo Thiers quien asumió como Presidente el 31 de agosto de 1871, luego de derrocar a la Comuna de París. Las tropas enemigas dominaron París, pero la población reclamó un gobierno autónomo. El pueblo parisino se resistía a la entrada de los prusianos, entonces la Guardia Nacional, milicia compuesta por ciudadanos, se apropió de cañones para resistir. El gobierno nacional intentó recapturar esas armas, pero sus hombres se opusieron a disparar contra la multitud desarmada.
Luego de la derrota francesa en la guerra franco-prusiana, durante el gobierno de Napoleón III, los revolucionarios parisinos, decidieron resistir el avance de los prusianos sobre París, ocupación que se hallaba en los términos del acuerdo firmado entre los prusianos y Louis Adolphe Thiers, como condición para lograr la paz.
La Comuna de París de 1871 se hizo cargo del gobierno de París durante dos meses, desde el 18 de marzo hasta el 28 de mayo. Estaba formada por 92 miembros, entre trabajadores calificados, profesionales y políticos. Tomó medidas importantes, como la abolición de la guillotina, del trabajo nocturno, de los intereses de las deudas, el otorgamiento de pensiones a las viudas y huérfanos de los milicianos, muertos en ejercicio de sus funciones, entre otras medidas populares. Todos los ciudadanos capaces de portar armas conformarían la Guardia Nacional, la iglesia perdía sus bienes que pasaban a monos del estado y la religión era excluida de su enseñanza en los colegios. Las iglesias fueron utilizadas además de su tradicional función religiosa, como sitio de reunión política y adoptaron la bandera roja en reemplazo de la tricolor.
Desde el 2 de abril, la Comuna debió soportar el asalto del ejército de Versalles, y el 21 de mayo, lograron forzar un acceso y reconquistar la ciudad en una despiadada matanza de ciudadanos. Los miembros de la Comuna fueron juzgados como criminales y fusilados.
Salida de la Comuna de París : La III República
La derecha francesa recuperó su poder, bajo la presidencia de Thiers, manteniéndose hasta 1890.
A fines del Siglo XIX, comienza la colonización de Áfica y Asia, la sociedad entró en la revolución industrial, se desarrollaron fábricas, ferrocarriles, grandes empresas y establecimientos de crédito. La Tercera República a partir de1870 fue el régimen más duradero de Francia en casi un siglo y medio.
El pueblo de París estaba empobrecido y angustiado. La guerra había terminado de cerrar un círculo de padecimientos, extremado por las injusticias sociales, que acrecentaban la polarización entre ricos, dueños de fábricas y pobres obreros sojuzgados.
El Semillero del Socialismo Francés
Los socialistas respondían a una larga estirpe en el pensamiento occidental, Moro, Campanella y Bacon, como utpopicos, Mably y Morelly, como teorizadores proto-socialistas; L. Blanqui y K. Marx. Las propuestas eran irrealizables pero revolucionarias, en cuanto a que solo podrían llevarse a cabo con una completa transformación de la realidad existente. Los utópicos coincidían en el rechazo de la propiedad privada y de la libre competencia. Conscientes de las desigualdades que generaban, procurábanse fórmulas de distribución, como Owen en New Lanark, o como Saint Simon, que -convencido de que el progreso científico y técnico proporcionaban en el capitalismo los medios para aumentar la producción y hacer más humana la vida de los trabajadores- trató de llevar a la práctica sus comunidades ideales en la colonia New Harmony, Indiana, 1827, o en Harmony Hall, 1839-1845, que resultaron un rotundo fracaso; o como Fourier, que desarrolló una preocupación teórica por la organización social en su Teoría de los Cuatro Movimientos, de 1808, pero que terminó en fracaso en 1840.
Más prácticos, Étienne Cabet, en su Viaje a Icaria (1840) propone una solución comunista, inspirada en F. Babeuf, que presupone la desaparición de la propiedad privada y el reparto de los beneficios en función a las necesidades del productor. Louis Blanc, en La organización del trabajo, 1839, y El derecho al trabajo, 1848, se inclina por las cooperativas de producción, subrayando el papel impulsor del Estado en la tarea de organización de los Talleres Sociales. La fórmula puesta en práctica tras la Revolución de 1848, generó graves tensiones sociales y políticas. Del mismo carácter, Luis Auguste Blanqui teoriza en torno a la organización política de la clase obrera, Flora Tristán en La unión obrera, 1843, acerca de la organización internacional de los trabajadores. Todos ello protagonistas de la revolución de 1848, brindan conceptos que Marx elaborará.
P.J. Proudhon, obrero autodidacta, publica en 1840 ¿Qué es la propiedad?, a la que califica como robo y origen de las miserias humanas. Marx le respondió en 1846, con Proudhon o la Miseria de la Filosofía, censurando su espíritu pequeño-burgués, pues propone la suplantación del Estado a través de la federación de cooperativas y sindicatos, pero su individualismo inoperante y nostálgico le llevó a rechazar por tiránica cualquier tipo de socialización y nacionalización, sin propuestas efectivas y posibles para la implantación del nuevo orden preconizado. En una línea similar, M. Bakunin, anarquista, funda la Alianza Internacional de la Democracia Socialista en 1868.
Camino a la Comuna de París
El 4 de septiembre de 1870, se proclamó la III República, siendo Adolfo Thiers quien asumió como Presidente el 31 de agosto de 1871, luego de derrocar a la Comuna de París. Las tropas enemigas dominaron París, pero la población reclamó un gobierno autónomo. El pueblo parisino se resistía a la entrada de los prusianos, entonces la Guardia Nacional, milicia compuesta por ciudadanos, se apropió de cañones para resistir. El gobierno nacional intentó recapturar esas armas, pero sus hombres se opusieron a disparar contra la multitud desarmada.
Luego de la derrota francesa en la guerra franco-prusiana, durante el gobierno de Napoleón III, los revolucionarios parisinos, decidieron resistir el avance de los prusianos sobre París, ocupación que se hallaba en los términos del acuerdo firmado entre los prusianos y Louis Adolphe Thiers, como condición para lograr la paz.
La Comuna de París de 1871 se hizo cargo del gobierno de París durante dos meses, desde el 18 de marzo hasta el 28 de mayo. Estaba formada por 92 miembros, entre trabajadores calificados, profesionales y políticos. Tomó medidas importantes, como la abolición de la guillotina, del trabajo nocturno, de los intereses de las deudas, el otorgamiento de pensiones a las viudas y huérfanos de los milicianos, muertos en ejercicio de sus funciones, entre otras medidas populares. Todos los ciudadanos capaces de portar armas conformarían la Guardia Nacional, la iglesia perdía sus bienes que pasaban a monos del estado y la religión era excluida de su enseñanza en los colegios. Las iglesias fueron utilizadas además de su tradicional función religiosa, como sitio de reunión política y adoptaron la bandera roja en reemplazo de la tricolor.
Desde el 2 de abril, la Comuna debió soportar el asalto del ejército de Versalles, y el 21 de mayo, lograron forzar un acceso y reconquistar la ciudad en una despiadada matanza de ciudadanos. Los miembros de la Comuna fueron juzgados como criminales y fusilados.
Salida de la Comuna de París : La III República
La derecha francesa recuperó su poder, bajo la presidencia de Thiers, manteniéndose hasta 1890.
A fines del Siglo XIX, comienza la colonización de Áfica y Asia, la sociedad entró en la revolución industrial, se desarrollaron fábricas, ferrocarriles, grandes empresas y establecimientos de crédito. La Tercera República a partir de1870 fue el régimen más duradero de Francia en casi un siglo y medio.
El pueblo de París estaba empobrecido y angustiado. La guerra había terminado de cerrar un círculo de padecimientos, extremado por las injusticias sociales, que acrecentaban la polarización entre ricos, dueños de fábricas y pobres obreros sojuzgados.
El Semillero del Socialismo Francés
Los socialistas respondían a una larga estirpe en el pensamiento occidental, Moro, Campanella y Bacon, como utpopicos, Mably y Morelly, como teorizadores proto-socialistas; L. Blanqui y K. Marx. Las propuestas eran irrealizables pero revolucionarias, en cuanto a que solo podrían llevarse a cabo con una completa transformación de la realidad existente. Los utópicos coincidían en el rechazo de la propiedad privada y de la libre competencia. Conscientes de las desigualdades que generaban, procurábanse fórmulas de distribución, como Owen en New Lanark, o como Saint Simon, que -convencido de que el progreso científico y técnico proporcionaban en el capitalismo los medios para aumentar la producción y hacer más humana la vida de los trabajadores- trató de llevar a la práctica sus comunidades ideales en la colonia New Harmony, Indiana, 1827, o en Harmony Hall, 1839-1845, que resultaron un rotundo fracaso; o como Fourier, que desarrolló una preocupación teórica por la organización social en su Teoría de los Cuatro Movimientos, de 1808, pero que terminó en fracaso en 1840.
Más prácticos, Étienne Cabet, en su Viaje a Icaria (1840) propone una solución comunista, inspirada en F. Babeuf, que presupone la desaparición de la propiedad privada y el reparto de los beneficios en función a las necesidades del productor. Louis Blanc, en La organización del trabajo, 1839, y El derecho al trabajo, 1848, se inclina por las cooperativas de producción, subrayando el papel impulsor del Estado en la tarea de organización de los Talleres Sociales. La fórmula puesta en práctica tras la Revolución de 1848, generó graves tensiones sociales y políticas. Del mismo carácter, Luis Auguste Blanqui teoriza en torno a la organización política de la clase obrera, Flora Tristán en La unión obrera, 1843, acerca de la organización internacional de los trabajadores. Todos ello protagonistas de la revolución de 1848, brindan conceptos que Marx elaborará.
P.J. Proudhon, obrero autodidacta, publica en 1840 ¿Qué es la propiedad?, a la que califica como robo y origen de las miserias humanas. Marx le respondió en 1846, con Proudhon o la Miseria de la Filosofía, censurando su espíritu pequeño-burgués, pues propone la suplantación del Estado a través de la federación de cooperativas y sindicatos, pero su individualismo inoperante y nostálgico le llevó a rechazar por tiránica cualquier tipo de socialización y nacionalización, sin propuestas efectivas y posibles para la implantación del nuevo orden preconizado. En una línea similar, M. Bakunin, anarquista, funda la Alianza Internacional de la Democracia Socialista en 1868.
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