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Sunday, October 21, 2007

Lección a recordar al inicio de la huelga minera de noviembre

Por Facundo Bazán


Aunque para 1905 ya se había publicado un boceto de manifiesto de la Junta Organizadora del Partido Liberal, organización con raíces en el socialismo anarquistas, al interior de la huelga de los obreros del cobre, en la mina Cananea, con razón llamada la "Cuna de la Revolución de 1910"( Cananea Consolidated Copper Company, del Coronel norteamericano Mr. William C, Greene ) ya actuaba una pequeña sociedad secreta de obreros, la “Unión Libertaria de la Humanidad”, constituída por 15 de ellols, clave para explicarse el carácter clandestino y conspirativo de la convocatoria contra la dictadura de Porfirio Díaz, planificada incluso desde el exilio.

En la jornada del 1 de junio de 1906 participaron más de 2000 trabajadores en demanda de salarios semejantes al de los obreros norteamericanos que laboraban allí, y jornadas de trabajo más justas. Sus líderes Juan José Ríos, Manuel M. Diéguez y Esteban Baca Calderón presentaron un pliego de reclamos al dueño que, por supuesto, rechazó. Ellos inauguraron la huelga como un instrumento de lucha válido cuando las necesidades y las razones no son suficientes para persuadir a los propietarios, en un acto nunca visto en la historia mejicana. Portaban como símbolos la bandera nacional y una pancarta con un billete de cinco pesos, cantidad que demandaban como salario mínimo. Pero, nada más iniciarse el movimiento de protesta, descargas de fusiles fueron detonadas por los trabajadores norteamericanos contra sus pares mejicanos, muriendo dos de los huelguistas y resultando varios más heridos.

En respuesta a la agresión los mineros mexicanos atacaron con lo que tenían a la mano, matando a pedradas a varios mineros estadounidenses, desatándose una batalla campal entre los mineros de las dos nacionalidades. Los mexicanos fueron perseguidos por los estadounidenses a lo largo del pueblo, del que fueron expulsándolos hacía la serranías cercanas, no sin antes quemar la maderería donde aquellos otros laboraban. En protesta, Greene acudió al agregado estadounidense, quien no tardó en pedir apoyo al gobierno de Arizona, que envió inmediatamente a un grupo de rangers fuertemente armados a ingresar al territorio mejicano para controlar la situación y las instalaciones de la mina, y perseguir y asesinar, con el apoyo de la policía rural mejicana, a todo el que opusiera resistencia.

Los mineros acudieron quejosos por la mañana a exponer al gobernador de Sonora sus demandas, pero fueron en el trayecto emboscados y agredidos por los rangers, que finalmente tuvieron que reembarcarse a su país porque fueron repelidos. Pero el gobierno mejicano, conchavado con los norteamericanos, declarando la Ley Marcial apresó a los líderes mineros, enviándolos a prisión. El saldo total de las dos jornadas de lucha fue el de 23 muertos y 22 heridos, más de 50 personas detenidas y cientos huidos por temor. Vuelto todo a la “normalidad”, los trabajadores fueron sometidos, pero el decadentismo proburgués y proimperialista de las autoridades mejicanas dejó entrever que todo ello era apenas el primer destello revolucionario en tierras mejicanas. A esa huelga le seguieron varias insurrecciones preparatorias de la Revolución del 16 de setiembre, desgraciadamente descubierta y desactivada por la policía porfirista en colaboración con detectives norteamericanos.

El plan subversivo que incluía regresar a la Cananea para unirse a los mineros mejicanos y a los indios Yaquis, ante el traspié sufrido, no fue abandonado, sino sólo postergado, pues las condiciones, las necesidades y la disposición de lucha de los obreros y de los campesinos se mantenía intacta a pesar del castigo recibido. La comunidad Yaqui fue elegida desde el principio y deliberadamente por los revolucionarios porque desde siempre, y sobre todo bajo la dictadura porfirista, fue cruelmente perseguida y deportada, pero nunca obligada a declinar pese a la represión. Sus antecedentes de combate databan de 1740, en que con los Mayo, los Pima y los Ópata, rechazaron la pretensión de los blancos de apoderarse de sus tierras y usarlos como mano de obra barata. Ppor eso cuando fueron convocados por ellos a participar en la Guerra de Independencia de 1810 se rehusaron, puesto que nunca dejaron de considerarse una nación independiente. Lo que ratifican quince años más tarde reiniciando sus rebeliones para formar una nación independiente separada de México, bajo el liderazgo de Juan Banderas. A sus continuos alzamientos suceden fusilamientos, promesas y divisiones que los merman y desplazan, sin arriar jamás, enhiesta su demanda a la que vuelven una y otra vez como en los levantamientos de Cajeme en 1870 y las guerrillas de Tetabiate.

Su guerra resurge en el último tercio del siglo XIX como respuesta a la convocatoria abierta por el gobierno mejicano para colonizar los Valles del Yaqui y del Mayo. Nuevamente vuelven a levantarse en defensa de sus tierras y de su autonomía, sin embargo en la batalla del Cañón del Mozocoba en 1900 el ejército federal les infligió una fuerte derrota, muriendo cientos de ellos y tomándose varios cientos de prisioneros. Porfirio Díaz perpetraría miles de deportaciones para acabar de una vez por todas con sus rebeliones periódicas, entragándolos a los hacendados del Yucatán, diezmándolos a pesar de su famosa fortaleza. De los 6.500 deportados de castigo a Yucatán volvieron exterminados, olvidada su lengua, pero no su aspiración, por la que aceptaron mestizarse con mayas para no desaparecer, lo que en vez de derrotarlos los afianzó en terca demanda por tierra y autonomía.

Sobreviviendo en las obras públicas, en cuanto sonaron las campanadas obreras a sus oídos, y el discurso de cierta forma primitiva de socialismo, se incorporaron a la Revolución Mejicana, ganándose -con su bravura- el derecho a que se les regresara su territorio, asunto que, sin embargo, las autoridades no cumplieron por lo que vuelven a levantarse hasta 1929, en que se les conceden los derechos disminuidos de una etnia y no los de una Nación o Estado autónomo, el uso de sus tierras en el sistema nacional de ejidos, y autoridades menores del tipo de los cacicazgos tradicionales, que sin embargo nunca se prestaron a colaborar.

Por eso, cuando en 1906 los revolucionarios mejicanos organizaban dentro y fuera de México la lucha política pública, recorriendo la región y relacionándose con las sociedades de obreros y con las comunidades indígenas, ya preparaban a la vez, intensamente en la clandestinidad, el levantamiento armado para derrocar al vergonzoso régimen dictatorial de Porfirio Díaz, apañador de latifundistas y de explotaciones mineras gringas, violador de los derechos políticos, represor de la oposición y de los movimientos huelguísticos. Sorprende la claridad del compromiso obrero-campesino que tuvieron los primeros líderes de la Revolución mejicana.

Publicado el Programa del Partido en julio de 1906, ya habían programado para el 16 de setiembre la incursión armada de los exiliados revolucionarios, desde la frontera, para tomar el control de las municipalidades de Ciudad Juárez de Chihuahua y las aduanas de Agua Prieta y Nogales en Sonora, señal de inicio de la Revolución, que habría de ser inmediatamente seguida, como se tenía previsto, por el estallido simultáneo, para dispersar al enemigo, de rebeliones armadas en distintas zonas estratégicas obrero-campesinas, donde las células del Partido ya habían preparado condiciones. Sin embrago el 4 de setiembre, debido a la delación de Ramón Talamantes, un espía sembrado desde el comienzo dentro del movimiento revolucionario por el gobierno de Porfirio Díaz, la policía norteamericana detuvo a los miembros del Club "Libertad", encargado de atacar Nogales y Agua Prieta, llevar armas a la emblemática mina Cananea y unirse a los rebeldes Yaquis.

La policía decomisó documentos y descifró las claves de la Revolución del 16 de septiembre abortándola, es cierto, pero en verdad sólo los pospuso. El tema obrero, antiimperialista y socialista en México aún sigue pendiente. A un siglo de distancia, el modo sencillo y práctico como los primeros revolucionarios mejicanos acometieron la ruta para la conjugación de los sectores obreros y campesinos estratégicos tras la conquista de autonomía territorial y política, constituye, para los revolucionarios socialistas y federalistas en el Perú, una enorme lección de planificación, coordinación, persistencia y combatividad indeclinables a imitar, con ocasión del inicio de la huelga de la Federación Nacional de Trabajadores Mineros, Metalúrgicos y Siderúrgicos y del Paro convocado por la CGTP para este próximo noviembre, acciones a las que no hay que mirar como simples acciones sindicalistas, reivindicativas, ciegas, y desligadas de la posibilidad de hacerse con los instrumentos de poder político básicos para derrotar definitivamente a los socios menores de los imperialistas en nuestro país. Aleccionados por el ejemplo de nuestros mayores en el pasado siglo, aprendamos a hacer las cosas en el estilo conspirativo del proletariado y con la practicidad sencilla y efectiva con que deben ser dados los pasos para prender y portar la antorcha del definitivo cambio de rumbo social.

1 Comments:

Blogger Historia. said...

Hola compañeros esta muy interesante su articulo...
Les cuento que ahora, ls trabajadores mineros estan pasando un duro ataque del gobierno panista...
Les mando una declración del grupo al que pertenesco sobre el conflicto...
Saludos desde México...

REPUDIAMOS LA REPRESIÓN CONTRA LOS MINEROS EN HUELGA DE CANANEA Y LA POLÍTICA ANTI OBRERA DEL GOBIERNO FEDERAL.

La brutal represión realizada este viernes 11 de enero contra los mineros de Cananea, con el uso del ejército y las fuerzas represivas estatales para romper la huelga de mas de seis meses sostenida por trabajadores en defensa de su contrato colectivo - según el gobierno para “garantizar el trabajo de los mineros” -, nuevamente pone en claro que el Gobierno panista está para proteger los intereses del Grupo Industrial Minera México S.A. y Mexicana de Cananea, propiedad de Jorge Larrea -el responsable del homicidio industrial en Pasta de Conchos- en detrimento de los derechos y la vida de los propios trabajadores.
La declaración de inexistencia de la huelga hecha por la Junta Federal contra los trabajadores del Sindicato Nacional de Trabajadores Minero Metalúrgicos y Similares de la Republica Mexicana da cuenta de la política antidemocrática y antiobrera de este gobierno y sus instituciones como la Secretaria del Trabajo y Previsión Social en alianza con el gobierno priísta de Sonora. Sin embargo, está claro que lo que buscan proteger los gobiernos federal y estatal, no son los derechos de los trabajadores, sino la entrada de esquiroles que retomen el control de la empresa, para que sus patrones, los dueños del capital, no sigan perdiendo más dinero con el paro de labores. Repudiamos la brutal represión contra los mineros en huelga y sus derechos laborales. Nos solidarizamos con los mineros del SNTMMSRM y sus familias, y con los habitantes de esa ciudad que han venido apoyando la justa causa de los trabajadores en huelga.
Esa política es la misma que ha venido aplicando Calderón con su intromisión en la autonomía de los sindicatos, para apoyar los intereses de los empresarios, como hemos visto en el caso de SICARTSA donde, el ataque al sindicato pretende dividir a los trabajadores y subordinar aún más sus organizaciones para imponer con mayor facilidad las políticas laborales que permitiendo que los grandes grupos empresariales, tanto trasnacionales como nacionales, obtengan enormes ganancias a costa de los derechos, los recursos naturales y la vida misma de millones de trabajadores del país y sus familias (como se demostró en Campeche y con las inundaciones en Tabasco).
Exigimos la inmediata salida del ejército y los cuerpos policiales, y la restitución inmediata del derecho a huelga que tienen de los trabajadores.
Exigimos la inmediata aparición con vida de los trabajadores desaparecidos.
Repudiamos la resolución de la Secretaria del Trabajo y Previsión Social contra los trabajadores de Cananea en Huelga. Nos solidarizamos con los trabajadores del Sindicato Nacional de Trabajadores Minero Metalúrgicos y Similares de la Republica Mexicana y llamamos a todas las organizaciones sindicales y sociales del país a pronunciarse y realizar urgentemente una gran movilización nacional a favor y en apoyo a los mineros de Cananea.
Liga de Trabajadores por el Socialismo- Contracorriente.
Centro de Defensa e Investigación Laboral y por los Derechos Humanos

2:06 PM  

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