Evoluciones de las ciencias

La ciencia empieza cuando ponemos en duda la eficacia de la alianza entre raciocinio y autoridad, usados de antiguo para lidiar con la naturaleza resistente del mundo.

Este, pretende ser un resumen de los pasos que hemos dado en el mundo para comprenderlo y transformarlo, descubriendo finalmente que éste es de tal naturaleza que la condición fundamental para su comprensión es precisamente el aproximarse activamente a él nunca del todo.

1. Aritmética. Preguntarse acerca de la consistencia del mundo implica admitir que la finitud de la matemática sirve para conferir a la especulación científica el rigor necesario para afrontar la ubicuidad de la experiencia y la deformabilidad de las hipótesis, en la ruta de la verificación experimental y de la validación conceptual y de la demostración lógica.

2. Simetría. Preguntarse acerca de la comprensibilidad del mundo es reflexionar sobre la cuantificación de los elementos que lo conforman, y contemplar la belleza como la relación simétrica entre las partes".

3. Átomos. Preguntar por la composición y la naturaleza de la materia nos ha llevado a reducirla a partes más y más pequeñas, cuya estructuración matemática en movimiento expresa el número diverso de sus posiciones posibles en el espacio y en el tiempo, como determinantes de propiedades que se nos escurren químicamente en la intangibilidad del infinito.

4. La evolución o la complejidad. Preguntarse por la unidad y la variedad de las especies consiste en explicar el origen de tal diversidad a partir del modo en que la selección de lo exitoso, estabiliza la información relevante en el cambiante juego abierto-cerrado del ensayo-error que conserva el mundo mientras se adecua al cambio para responder a condiciones siempre otras, sin que sea posible desde el presente prever el paso siguiente como necesario.

5. La herencia codificada. Preguntarnos por el plano del pasado que heredamos y por el modo en que su plan se encarna físicamente nos llevó al descubrimiento de las proteínas intercaladas de aminoácidos por las que es posible fijar, codificar, replicar, transmitir y asimilar nueva información acerca de las relaciones que sostenemos en la experiencia de la existencia, y decodificarla para enriquecerla y transmitirla de generación en generación.

6. Energía. Preguntarse por el modo en que el producto de la masa de un cuerpo por el cuadrado del número que expresa su velocidad sirve para realizar un trabajo explica el desgaste producido en la transferencia de su producto a otro cuerpo en el proceso que los vincula a través de la energía y su conservación.

7. Entropía. Preguntarse por el modo en que las cosas cambian dentro del orden de un mundo gobernado por leyes inflexibles, sirvió para entender que la conservación de una forma entraña la pérdida de energía, y que la pérdida de la forma implica la ganancia de energía necesaria para conservar el proceso del cambio. El modo en que la materia cae en indeterminación sirve para entender el salto al nuevo orden por la transformación de la energía.

8. Cuantos. Preguntarse por la ambigüedad contradictoria o paradojal de las cosas sirvió para entender la duplicidad de las ondas que se comportan como partículas, y de las partículas que se comportan como ondas, o de la electricidad y el magnetismo, como fenómenos necesarios para entender con humildad que no entender del todo aquello que creemos entender sirve para entender lo que aún no entendemos.

9. Cosmología. Preguntarse por el origen, el futuro o el tamaño del universo sirvió para entender que se expande desde ningún centro en un campo que se configura mientras se expande, y conforme a un plan que se verifica mientras sucede. Cada revolución nos muestra la absoluta singularidad del Hombre y su vulnerable pero poderosa posición en medio del cosmos que no sólo se aleja de él, sino del que es imposible reproducir el origen o el destino en un todo insignificante contenido ilimitadamente dentro de otro semejante sin fin.

10. Espacio-Tiempo. Preguntarse por el ámbito de la acción inevitable e irreversible sirvió para descubrir que no todo es lineal en el espacio-tiempo curvado por la poderosa fuerza gravitacional de la materia, más parecida al modo en que pensamos las condiciones en que vivimos, que al mundo que describimos como el escenario ficticio en que el tiempo aparece como la postfiguración de una secuencia comprensible porque a partir de ella nuestra experiencia nos permite reconocer al presente como a la frontera cambiante entre los extremos imprevisibles e inalterables del futuro y del pasado.