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Wednesday, December 12, 2007

TLC : ni crecimiento ni desarrollo ni inclusión ni equidad


Versión nuestra, a partir de una entrevista
a Humberto Campodónico, Por E. Patriau
y Fotos de Claudia Alva.

¿Es el TLC con Estados Unidos la panacea?

El TLC es sobrevendido desde el comienzo, como pasó con los TLC’s mexicano y chileno. Una apertura comercial no es sinónimo ni de crecimiento ni de desarrollo. Hay muchas más políticas necesarias. Priorizar las bondades y no los peligros es suicida. Sin duda, van a ganar los exportadores textiles y los agroindustriales nuevos, pero ganarán sobre todo los importadores, que comprarán más barato y venderán más caro. Ganará la costa urbana, y sobre todo Lima. Pero perderán los pobres del campo, sobre todo los de la sierra sur. El TLC, al permitir el ingreso de productos agrícolas y ganaderos subsidiados, profundizará la brecha social, arruinando a los más vulnerables.

Tomemos como ejemplo lo que le pasó a México con el maíz y los frijoles. Perdieron cientos de miles de empleos. Las cifras son innegables : hay 30 millones de mexicanos en USA, y medio millón cruza cada año la frontera. Por eso, construyen un muro para protegerse de los efectos que ellos les provocaron a los mejicanos hace 13 años. Más allá del crecimiento de sus confecciones industriales exportadas, hechas con materia prima importada, qué ganaron? ¿Si el TLC es tan bueno porqué tanto desempleo en vez de empleo y tanta precarización en vez de mejores salarios?

El problema ha sido ampliamente estudiado, y la conclusión es que el TLC no es ninguna panacea. Si nuestros agricultores de la sierra sur ven desplazados sus cultivos por los productos subsidiados, y por tanto más baratos, de los Estados Unidos, terminarán en Desaguadero o quizás se queden en Perú cultivando coca, o en la subversión y el lumpen proletariado. De hecho se va a perder una porción inmensa del mercado interno que servía de estímulo para las producciones agro-ganadera e industrial nacionales. Aunque se diga que del 2004 al 2006 la pobreza bajó del 48 al 44%, y en Lima bajó del 32 al 26%, en Huancavelica, Apurímac, Junín, Ayacucho y Cajamarca aumentó al 85%, estancándose su producto bruto.

¿Qué le parecen las famosas liberaciones arancelarias?

¡La de octubre último y la de diciembre del año pasado casi son un TLC unilateral con el mundo! Han rebajado los alimentos porque al Presidente lo traumatiza la inflación y su incidencia en el precio del pan. Viejos recuerdos. Pero el mercado interno estará sujeto a la penetración de países que en cambio no han liberalizado sus mercados. Estados Unidos, por ejemplo, no habría aceptado el Tratado si hubiéramos rechazado sus productos agrícolas subsidiados. Si el trigo tiene desgravación inmediata, se va a cero en el primer año, igual en los casos del maíz, la papa, la cebada, los aceites crudos y el algodón. Los que tienen desgravaciones en cinco, diez, o dieciséis años, como el arroz serán más lentamente alcanzados, pero lo serán.

¿Pero no se supone que a los agricultores peruanos se les va a compensar?

Se ha dicho que el nivel de los subsidios será de 800 millones de soles por cinco años, fundamentalmente para los productores de trigo, maíz y algodón, pero los especialistas han dicho que eso es absolutamente insuficiente, no sólo por el monto, sino porque no están considerados los casos de otros productos con desgravación arancelaria inmediata, como las hortalizas, lácteos y carnes. La papa desparecerá si el precio barato del trigo cambia los hábitos de consumo. Esto ha sido muy poco debatido aquí, en cambio, la demócrata Nancy Pelosi hizo aprobar allá un programa de más de 1,000 millones de dólares para ayudar a los trabajadores norteamericanos que se vean perjudicados por TLC’s, como el nuestro (sic).

Pero, ¿también habrá un TLC hacia adentro, no?

Cierto, pero habrá una serie de adecuaciones internas a realizar en infraestructura, salud y educación, que no son ni capacidades ni políticas del Estado Peruano, pues su gran burguesía ha resistido a eso desde inicios de la república. Una reforma tributaria, por ejemplo, para recaudar 18% del PBI, y no el 15%, como ahora, no es sólo un asunto técnico, más parecidas a un barniz por encima, para lograr formalmente poner en movimiento el TLC en tiempo récord, sino el desafío de enfrentar de una vez por todas la clase de desigualdad en la que se basan los negocios de las clases gobernantes en el país. No son lo mismo crecimiento y desarrollo, tampoco las cifras macroeconómicas no redistribuidas. El libre comercio sólo es importante en tanto y en cuanto exista, en paralelo, una vigorosa política de articulación, desarrollo y protección del mercado interno. Por eso, Bush ha dicho que "de lo que se trata ahora es de que la avenida comercial entre nuestros sea transitada en doble sentido : no solamente se trata de que Perú exporte con arancel cero a los Estados Unidos, sino, sobre todo, de que los Estados Unidos de Norte América hagan lo mismo hacia Perú", por más de US$ 800 millones de dólares anuales, con todo lo que eso significa, de profundización del modelo primario exportador del que no logramos salir en casi 200 años de relaciones comerciales semejantes, y que han ahondado las distancias entre el Perú urbano-costeño y el Perú rural-serrano, semejantes al norte industrial y al sur atrasado mejicanos.

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