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Tuesday, January 01, 2008

Discurso de Raúl Castro a 50 años de la Revolución Cubana

Resumen preparado por nuestra redacción

El último año ha sido de intenso trabajo con la participación activa de todo el pueblo. Han transcurrido tres meses y 215,687 reuniones en el contexto del debate promovido por el Partido. Como quiera que la mayoría de los problemas informados ya se conocían, nuestra apreciación, a partir de los conceptos expuestos en el acto central por el aniversario 54 del asalto a los cuarteles Moncada y Carlos Manuel de Céspedes, era correcta, y ha sido ratificada por cinco millones de ciudadanos en las reuniones de estudio y reflexión de septiembre y octubre.

El principal y decisivo propósito de este esfuerzo masivo ha sido la búsqueda de las mejores soluciones a nuestro alcance. Se necesita tiempo para estudiar, organizar y planificar cómo alcanzar los objetivos propuestos, a partir de las prioridades establecidas, con la mayor calidad y eficiencia. Ello no transita solo por la voluntad o interés de los involucrados, sino por la disponibilidad de recursos y la autoridad y cualidades de los cuadros implicados.

Muchos de los planteamientos se refirieron a problemas locales asociados a deficiencias y errores de personas específicas, por lo que, Partido, Gobierno, organizaciones de masas y centros laborales, habrán de resolverlos de manera directa adoptando de inmediato medidas que no tienen porqué esperar una decisión superior. Habrá, sin embargo, que forjar el consenso para determinar lo más racional y conveniente, pues en no pocos casos algunas opiniones reflejan falta de información. Por eso, quienes ocupan cargos de dirección deben saber escuchar y crear el ambiente para que los demás se expresen con absoluta libertad. Eso debe incorporarse definitivamente al estilo de trabajo de cada dirigente, junto a la obligación de dar orientación, y hacer la crítica ilustrativa necesaria, o la medida disciplinaria oportuna.

Todos quisiéramos marchar más rápido, pero no es posible sin eliminar tanto las nocivas tendencias al triunfalismo y la complacencia, como al derrotismo y la intolerancia, o sin garantizar que cada quien informe concreta, dialéctica y sistemáticamente sobre lo que le compete en autocrítica y crítica. Cuando la crítica se ejerce adecuadamente es esencial para avanzar. Muchas compañeras y compañeros son testigos del rigor con que se han estudiado los más de 1 300 000 planteamientos recogidos a partir de los 3 255 344 intervenciones realizadas. Constituyen una fuente de información de gran utilidad tanto presente como futura.

Coincidimos con quienes han alertado sobre el exceso de prohibiciones y medidas legales, que hacen más daño que beneficio. La mayoría pudiéramos decir que fueron justas en su momento, pero no pocas de ellas han sido superadas por la vida, y detrás de cada una búsquese un buen número de ilegalidades. En relación a la producción de alimentos y sus altos precios, hay que trabajar con la urgencia que ese vital asunto requiere, por su impacto cotidiano en la vida de la población de menores ingresos. Continuará actuándose con toda la rapidez que permitan las circunstancias, para que la tierra y los recursos estén en manos de quienes sean capaces de producir con eficiencia, se sientan apoyados, reconocidos y reciban la retribución que merecen.

Es innegable el avance expresado en el crecimiento del Producto Interno Bruto en los últimos años, pero nos interesa, especialmente, que el comportamiento positivo de los indicadores macroeconómicos se refleje lo más posible en la economía doméstica, donde están presentes las carencias cotidianas. Ello exige elevar la eficacia de los procesos inversionistas y establecer prioridades, organizar mejor la mano de obra y modernizar los recursos tecnológicos. Incrementar la productividad y concluir en el plazo previsto la inversión iniciada, para no inmovilizar recursos sin reportar beneficios. Otros asuntos que requieren estudio profundo son la existencia de dos monedas y las deformaciones de los sistemas de salarios y precios.

Debemos determinar cuáles son en nuestras condiciones las vías más efectivas para el incremento sostenido de la producción y de la capacidad exportadora del país, la reducción de importaciones e inversión en prioridades previamente definidas, así como perfeccionar el sistema empresarial vinculado a resultados, la credibilidad del país ante los acreedores y la inversión de los recursos en pro del desarrollo. El ahorro es una de las mayores fuentes de recursos para lograrlo, pero es aún insuficiente la conciencia de su importancia entre algunos ciudadanos, colectivos de trabajo e instituciones. La población acusa el uso irracional de los recursos en algunas entidades estatales, por desorganización, falta de control y de exigencia.

Pero no todos los problemas se deben a deficiencias internas. También influye la coyuntura internacional caracterizada por el alza incesante del costo del combustible y de los alimentos que compramos. A ello se suman las pérdidas derivadas del bloqueo económico y los desastres naturales de magnitud y frecuencia crecientes, producidos por el cambio climático. Son enormes los retos por delante, pero el socialismo es capaz de vencer las dificultades y preservar las conquistas de casi medio siglo de una Revolución que depende de todos porque nos pertenece a todos, hasta hacerla invulnerable en todos los campos.

Frente a la intensificación de las maniobras de subversión y de los esfuerzos por aislarnos internacionalmente, se preservó la estabilidad interna, continuó consolidándose el desarrollo socio-económico, se fortaleció el prestigio internacional de la Revolución, y se avanzó significativamente en la implementación de programas estratégicos, como la Revolución Energética, por solo citar un ejemplo. Una vez más, el gobierno norteamericano, pese a ingentes esfuerzos no logró imponer sus pretensiones de condenar a nuestro país en materia de derechos humanos, al tiempo que recibió una aplastante derrota en la votación récord contra el bloqueo en la Asamblea General de las Naciones Unidas.

Nuestro desempeño en el próximo año deberá caracterizarse por la sistematicidad; la organización, planificación y el control efectivos; trabajando por prioridades, usando racionalmente los recursos, incrementando la productividad y eficiencia del trabajo, y fortaleciendo la integración, cooperación y cohesión en la actividad de dirección de los organismos del Estado, el Gobierno, la Unión de Jóvenes Comunistas y las organizaciones de masas a todos los niveles, para enfrentar, bajo la dirección del Partido, los principales problemas que hoy nos afectan.

Una parte de ustedes han sido postulados nuevamente, otros cesan y volverán a sus tareas habituales, pues, como es conocido, nadie cobra un centavo por ser miembro de esta Asamblea. A todos les puedo garantizar que si algo no les faltará, será abundante trabajo. Deseo a todos un feliz año 2008. Celebren, descansen, recuperen fuerzas ¡Y a trabajar duro!

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