Por qué Uribe condena a Ingrid Betancourt

Por Belinda Chang

Elegida en 1994 legisladora, por el Partido Liberal, destacó por su lenguaje directo e irreverente contra los grandes caciques del país, y por sus denuncias contra la corrupción, conformando con otros tres parlamentarios el grupo «Los cuatro mosqueteros». Aunque inicialmente apoyó a Samper no dudó un instante -en su constante línea de denuncias contra la corrupción- en terminar convertida en una de sus más fuertes opositoras, al destaparse la filtración de dineros del Cartel de Cali a la campaña que le llevó a la presidencia. Pese a su huelga de hambre -dentro del Congreso- la "Comisión Investigadora" absolvió escandalosamente a Samper.

En 1996 recibió amenazas de muerte pues sus denuncias alcanzaron a todos los vínculos entre la clase política y el narcotráfico. Finalmente, dispuesta a no transigir, terminò también enfrentada a sus co-partidarios. Luego, en marzo de 1997, en medio de una convención liberal gritó que "en el Partido hay intereses mafiosos en relaciones vergonzosas con los delincuentes desde hace muchos años". Abucheada, fue sacada violentamente del recinto. Se había ganado enemigos fatales. En 1998 dejó el Partido Liberal y fundó el Partido Verde Oxígeno, prosiguiendo su lucha contra la corrupción. Así llegó al Senado y desde allí lideró un polémico referendo para realizar una Reforma Política anticlientelista, frustrada por la Registraduría que le anuló más de 500,000 firmas.

Decide, entonces, respaldar la candidatura presidencial de Pastrana, que se comprometió a realizar la Reforma Política. Pero, tan pronto alcanzó el poder, incumplió, traicionando a Ingrid. En 1999, su partido, Verde Oxígeno, logra la alcaldía del municipio de San Vicente de Caguán en Caquetá, que propició una Zona de Distensión para diálogos con las FARC. Empero, asqueada del Senado, al que llamaba "nido de ratas" se retira en el 2001, dando a conocer su intención presidencial. Durante su campaña no escatima calificativos contra Samper y Uribe. Del primero dijo que “si se hallaba alcahueteando a la corrupción no podía pretender que se le creyera que iba a luchar contra ella”, mientras insistía en que el segundo, Uribe, mantenía vínculos con los paramilitares desde antes de Medellín, "al cual parece considerar el único modo para contener a las guerrillas".

Como era predecible, Pastrana suspende ese año el diálogo con las FARC, como resultado de los miles de muertos que les costó a los guerrilleros confiados ser atacados por los paramilitares. Pastrana ordena, entonces, al ejército tomar la Zona de Distensión que corresponde al Municipio de San Vicente de Caguán ganado por el partido Verde Oxígeno. Íngrid, consecuente, se dirige hacia allí para solidarizarse con su pueblo y con su alcalde, pero se ve forzada a viajar por tierra, puesto que se le impidió viajar en un helicóptero militar que se desplazaba hacia la zona. Al parecer alguien advirtió a las FARC que Ingrid, semejante botín político, viajaba sin escolta y por tierra. Como era de esperarse los guerrilleros al hacerla prisionera cometieron con ello el peor de sus errores, pues ella era su mejor aliada contra la mafia enquistada en las altas esferas de Colombia. Las FARC ayudaron a sacarla de circulación y la derecha paramilitar respiró aliviada.

Los entonces ministros de Justicia e Interior declararon ante los medios que la candidata era la responsable de su propio secuestro (sic), por transportarse negligentemente ( sic) por tierra, ocultando cínicamente que fueron ellos quienes la obligaron a viajar por tierra sin escolta al prohibirle el auxilio del helicóptero que hacia la ruta al lugar. Curiosamente, en el día y en la zona donde fue capturada se encontraban Pastrana y las fuerzas del ejército que acababan de recuperar por completo la Zona de Distención de San Vicente de Caguán. Ante la gravedad de la noticia y para estupor de todos, nadie quiso asumir la responsabilidad de su búsqueda, entonces, y hoy Uribe sigue haciendo lo mismo para mantenerla desterrada donde sus acusaciones no puedan alcanzarlo.

En mayo del 2002, la propia Ingrid Betancourt, en un video grabado 11 días después de que Uribe ganara las elecciones presidenciales, criticaba la extrañísima indiferencia del gobierno, revelando que ella no fue negligente sino el gobierno, que conociendo su propósito no le permitió viajar en el helicóptero militar que hacia la ruta, facilitándole a cambio un vehículo terrestre del DAS, a cuya escolta se le había prohibido acompañarla. Por eso, pidió al procurador Edgardo Maya Villazón abrir una investigación sobre las sospechosas circunstancias de su secuestro. Esas imágenes fueron dadas a conocer el 23 de julio del 2002, pero desde el 2003 no se volvió a hablar de ella, excepto cuando el gobierno de Uribe deslizó la mentira de que se habría unido a la guerrilla, afectada por el Síndrome de Estocolmo.

En el 2006 el periodista Jorge Enrique Botero dio cuenta de que Raúl Reyes, uno de los más importantes comandantes de las FARC, habría confirmado la situación de Ingrid Betancourt y la de Clara Rojas, su amiga. El gobierno tomó la noticia como siempre, con impenetrable escepticismo, pero cinco años después, Uribe le dice a la prensa francesa “que la ex candidata podría encontrarse fuera del país", invitando a ése gobierno a participar de las iniciativas de búsqueda, siempre que no se opusiera a un eventual rescate militar, a sabiendas de que ello pondría en inminente peligro su vida.

El 30 de noviembre del 2007, días después de que el gobierno colombiano inexplicablemente exigiera al Presidente Hugo Chávez y a la senadora Piedad Córdova no se inmiscuyeran más en el acuerdo humanitario, Uribe informa haber incautado a unas milicias urbanas de las FARC pruebas de la supervivencia de Íngrid Betancourt, afectada de hepatitis y depresión. Ese momento coincidia en el tiempo con la presencia de los delegados franceses contactantes de Raúl Reyes. Esa era la zelada para cazar al negociador y arruinar una vez más la liberación de Ingrid Betancourt, a quien Uribe tiene más miedo que calzón sucio a lejía industrial.