¿Quién no quiere liberar más prisioneros en Colombia?

Por Facundo Bazán

Las horas posteriores al cobarde ataque militar ordenado por Álvaro Uribe contra las FARC en territorio ecuatoriano han confirmado que la coartada presentada por el Ministro de Defensa colombiano a los medios, respecto de que el Presidente Correa habría estado informado de los detalles del operativo, no es otra cosa que una burda patraña.

Como era de esperar, al tomar conocimiento del ataque, y de la muerte del número dos de las FARC, recién un día después de la violación contra territorio soberano de Ecuador, el Presidente, Rafael Correa, llamó a su embajador en Bogotá y anunció una "enérgica" protesta por la "agresión sufrida por su patria y por la vil mentira que lo compromete en hechos que no suceden por primera vez. ”O El presidente Uribe fue usado por sus fuerzas militares o una vez más mintió al Presidente de una nación vecina, comprometiéndole ante la opinión pública con sus infundios, por lo que iremos hasta las últimas consecuencias para aclarar este ataque contra nuestra patria, pues no permitiremos ni un ultraje más", dijo, en rueda de prensa.

Este hecho agrega más tensión al conjunto de las violaciones colombianas contra el espacio terrestre y aéreo ecuatoriano. Por eso, el Ministro de Seguridad ecuatoriano, Gustavo Larrea, señaló que "es de todos el más grave atentado perpetrado contra nuestra soberanía en lo que va del siglo". Explicó, así mismo, que, según comprobó su ejército en prudente acción de verificación, en el lugar de los hechos, cerca de Angostura, a 250 kilómetros al noreste de Quito y 130 kilómetros de la frontera con Perú, "no hubo ninguna persecución caliente, sino una masacre realizada, con uso de tecnología de punta brindada por potencias extranjeras", para bombardear por sorpresa a un grupo guerrillero dormido, puesto que tal como pudo constatar una patrulla que acudió a la zona, los 15 guerrilleros muertos y dos guerrilleras heridas estaban en pijamas”. El cadáver de Raúl Reyes, según afirmaciones de las guerrilleras heridas, fue robado por un grupo de colombianos acompañados de asesores de una unidad aerotransportada”.

La cancillería dijo más tarde que "Ecuador demandará una explicación por el indebido proceder de esas fuerzas militares, y exigirá una disculpa formal, puesto que ninguna fuerza militar regular o irregular puede actuar en territorio patrio, sin provocar -con arreglo al derecho internacional de legítima defensa- la reacción proporcional que la repela, capture y someta a justicia".

Por su parte, el presidente Hugo Chávez se sumó a la tensión diplomática entre Bogotá y Quito, ordenando el cierre de su embajada en Bogotá y el envío inmediato de 10 batallones militares hacia la frontera con Colombia. Lamentó no poder seguir negociando con un "estado terrorista" como el colombiano, calificando el ataque contra las FARC como un "cobarde asesinato". Y prefirió ser explícito en su advertencia al sentenciar : "Presidente Uribe, no se le vaya a ocurrir hacer eso en estos lados, pues eso sería motivo de guerra. Así que tenga mucho cuidado con su locura guerrerista, piense en las consecuencias, pues es sumamente grave que un país se irrogue el derecho a bombardear un país vecino y luego se meta a sustraer cadáveres, violando no sé cuántas leyes internacionales", dijo.

"¿Será que Colombia, manipulada por Norteamérica, se va a convertir en el Israel de América?", se preguntó Chávez tras afirmar que "la oligarquía en pleno celebra la muerte de Raúl Reyes, justificando a Uribe, al ejército colombiano y a sus asesores yanquis".

Contra todo pronóstico, y con una frialdad digna de un triller de baja ralea, Uribe asumió de un modo absolutamente extraño su responsabilidad en los hechos que provocan una posible situación de guerra en las dos fronteras, al afirmar que "hemos dado otro paso en la dirección de el respeto que nuestro pueblo merece y de derrotar la farándula del terrorismo sanguinario". Luego, descaradamente insistió en continuar con su mentira y comprometer la posición del presidente Correa, obligándolo a medidas que pueden ir incluso hasta la guerra, al agradecerle a él, al Ecuador, y a las Fuerzas Militares ecuatorianas "su comprensión".

También Daniel Ortega se sumó a la condena elevada contra el gobierno colombiano por "asesinar" al número dos de las FARC, justamente después de la liberación voluntaria de un número apreciable de importantes rehenes en su poder. Acusó que pareciera dar la impresión que Uribe no estima ningún cese al fuego, ni intercambio de prisioneros, ni la paz ni solución al viejo conflicto provocado por la oligarquía y la corrupción colombianas. Lamentó lo de Reyes, puesto que -como bien lo sabe Uribe- ni era terrorista ni era el segundo, en realidad era el primero en hacer gestiones para alcanzar la liberación de prisioneros y la paz", recriminó. Lamentó, sigan imperando las fuerzas más retrógradas de Colombia, que ven la solución militar como la única para terminar con la guerrilla y con el conflicto".