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Thursday, March 06, 2008

Raúl Reyes : Crónica de una Muerte Anunciada

Por Facundo Bazán

Si -como detalla Marcos Salgado, en Rebelión- Colombia pidió, vía Miguel Ángel Restrepo, "Comisionado para la Paz", horas antes del asesinato de Reyes, a los tres negociadores franceses que no se arriesgaran a acercársele en territorio ecuatoriano fronterizo, es lógico que el plan fue calculado con anticipación y plena conciencia de sus implicancias, pero sobre todo que -y lo que sigue siendo sumamente extraño- Francia, altos funcionarios del régimen, o el propio Sarkozy, supieron que algo inminente iba a pasarle al negociador para la liberación de Ingrid Betancourt, poniéndola en peligro o retrasando su intercambio, en desmedro de su delicada salud.
La revelación que, siempre según Salgado, habría realizado la diplomacia argentina sirve no sólo para probar que Reyes fue ejecutado para entorpecer la liberación de la Betancourt, sino para señalar la dualidad francesa, capaz de negociar con las FARC oficiando de facilitadores de su medio ciudadana, pero incapaz (aunque fuere tácticamente) de levantar la calificación de “terroristas” que pesa sobre las FARC, y sobre la que Uribe ha insistido tanto en su reciente periplo europeo, para neutralizar su acceso a la condición de Ejército o Estado Beligerante, reclamado por las FARC para sí mismas reiteradamente, y apoyada por Hugo Chávez y otros Estados y organizaciones políticas del continente y del mundo entero.

El que durante el mandato del ex presidente Pastrana, las FARC, pese a mantener su fuerza, vigencia e iniciativa político-militar, hayan buscado concretar su estrategia de paz y democratización, intentando volver a la vida política como una organización legitimada y desarmada, es concordante con la firmeza y prudencia de sus reacciones inmediatas al asesinato de Reyes, garantizando la integridad de sus prisioneros, y manteniendo, pese a todo, un canal abierto para continuar el mellado Intercambio Humanitario y el proceso de paz.

El que en la Colombia oficial y formal de las derechas hayan más de una línea de poder dentro del juego de direcciones económico-políticas y militares posibles echa sombras sobre el destino de la paz en Colombia, enfrentada a los hacendados, oligarcas y a sus ejércitos privados paramilitares, y a la oscura sombra que proyecta, desde el ejécito, Óscar Naranjo, súper-hombre de la seguridad de Uribe, tantas veces vinculado con la DEA, la CIA y los Carteles del Narcotráfico, asociados con los más ilustres apellidos y capitales de la oligarquía y la plutocracia colombiana.
¿Cuál es el interés de Uribe para frustrar una tras otra cada oportunidad de liberación de Ingrid Betancourt? ¿Será que pretende vilmente instrumentar su muerte en manos de las FARC para deslegitimarlas a cualquier costo? ¿Por qué usa la buena de sus vecinos para servir en el proceso humanitario y luego los escarnece pese a su exitosa colaboración como fuerzas coadyuvantes para la paz?

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