El Apra y la Mermelada Minera
(extracto, con adiciones nuestras, tomado de César Hildebrandt)
El Apra ha encargado a sus jaurías morder al Tribunal Constitucional, amenazar a Radio Cutivalú en Piura, cerrar Radio Orión en Pisco, jaquear a las ONG de los derechos humanos, hacer creer a los babosos que Hugo Chávez es nuestro enemigo, y que todas las piruetas que hacen no son para ocultar la ratería que empieza a asomar como su incompetencia.
Por su parte, la derecha nos ha dicho siempre que este es un país minero, pero nos ha ocultado que eso es porque lo creen su mina, igualito que en la Colonia, en la República y siempre. Nos han dicho que la minería es una porquería necesaria por las divisas que genera, pero no nos han dicho para quiénes son esas divisas y en qué se gastan, si se gastan. Por eso, a la hora de las hiperganancias, nuestros gobiernos se arrastran ante el dinero y ofrecen las mejores regalías y cánones, y los óbolos y los cholos más baratos. País de las maravillas a la hora de la repartija y la baratija.
El doctor García dice que le importa un rábano lo de la consulta popular sobre Majaz. Será porque cree que es más fácil enfrentar a los campesinos de la sierra piurana y a los brujos de sus alturas que a los empresarios mineros que le pusieron el dinero para que sea presidente. Que sepan los señores mineros reunidos en Arequipa que el doctor García no es el mejor palo al que puedan arrimarse, aunque él diga lo contrario, porque algún día rendirán cuentas ante un gobierno soberano y un país harto de que vengan a llevarse lo que quieran al precio que quieran. Que recuerden, aunque parezca lo contrario, que el Dr. García no tiene el poder para despreciar, desafiar y desterrar a los campesinos de sus tierras, y que estos ya no son los tiempos en que la Cerro de Pasco Cooper Corporation mandaba matar comuneros y sindicalistas, aunque de vez en cuando eso vuelva a suceder.
Que no vengan los mineros, pues, a dinamitar paisajes magnificentes puestos allí por la paciencia de los vientos inmemoriales, ni enrojezcan los ríos antes surcados por la vida, ni pudran el cielo para ahuyentar a los pájaros, ni que maldigan las orillas con sus miasmas, o roben el agua que luego sus otras corporaciones, enviadas por el Banco Mundial, querrán privatizar porque ya escasea, después de toda la vergüenza tóxica a la que llaman “progreso”. Que los mineros reunidos en Arequipa se vayan al carajo, pues, que a Majaz sólo entran si los campesinos sin presiones así lo llegaran a querer. Y que se vayan a bufalear a donde los ilusos se dejen impresionar por los camarlengos de algún paranoico servil a favor de las altas esferas del capital internacional al que es tan afecto
Es cierto, el Apra tiene las fuerzas armadas, el congreso, el poder judicial, la contraloría, los ministerios, la televisión, casi toda la prensa escrita y casi toda la radio. Pero no la Defensoría y el Tribunal Constitucional, por eso la odia y lo embiste. No alguna prensa regional, por eso la cierra. Pero sobre todo recordemos que como no tiene la razón, no soporta dialogar con nadie, excepto con el repiquetear de las pezuñas del becerro de oro de la minería, y con el tintineo de las monedas que a buen recaudo se esconden en algún paraíso fiscal de las Bahamas.
El Apra ha encargado a sus jaurías morder al Tribunal Constitucional, amenazar a Radio Cutivalú en Piura, cerrar Radio Orión en Pisco, jaquear a las ONG de los derechos humanos, hacer creer a los babosos que Hugo Chávez es nuestro enemigo, y que todas las piruetas que hacen no son para ocultar la ratería que empieza a asomar como su incompetencia.
Por su parte, la derecha nos ha dicho siempre que este es un país minero, pero nos ha ocultado que eso es porque lo creen su mina, igualito que en la Colonia, en la República y siempre. Nos han dicho que la minería es una porquería necesaria por las divisas que genera, pero no nos han dicho para quiénes son esas divisas y en qué se gastan, si se gastan. Por eso, a la hora de las hiperganancias, nuestros gobiernos se arrastran ante el dinero y ofrecen las mejores regalías y cánones, y los óbolos y los cholos más baratos. País de las maravillas a la hora de la repartija y la baratija.
El doctor García dice que le importa un rábano lo de la consulta popular sobre Majaz. Será porque cree que es más fácil enfrentar a los campesinos de la sierra piurana y a los brujos de sus alturas que a los empresarios mineros que le pusieron el dinero para que sea presidente. Que sepan los señores mineros reunidos en Arequipa que el doctor García no es el mejor palo al que puedan arrimarse, aunque él diga lo contrario, porque algún día rendirán cuentas ante un gobierno soberano y un país harto de que vengan a llevarse lo que quieran al precio que quieran. Que recuerden, aunque parezca lo contrario, que el Dr. García no tiene el poder para despreciar, desafiar y desterrar a los campesinos de sus tierras, y que estos ya no son los tiempos en que la Cerro de Pasco Cooper Corporation mandaba matar comuneros y sindicalistas, aunque de vez en cuando eso vuelva a suceder.
Que no vengan los mineros, pues, a dinamitar paisajes magnificentes puestos allí por la paciencia de los vientos inmemoriales, ni enrojezcan los ríos antes surcados por la vida, ni pudran el cielo para ahuyentar a los pájaros, ni que maldigan las orillas con sus miasmas, o roben el agua que luego sus otras corporaciones, enviadas por el Banco Mundial, querrán privatizar porque ya escasea, después de toda la vergüenza tóxica a la que llaman “progreso”. Que los mineros reunidos en Arequipa se vayan al carajo, pues, que a Majaz sólo entran si los campesinos sin presiones así lo llegaran a querer. Y que se vayan a bufalear a donde los ilusos se dejen impresionar por los camarlengos de algún paranoico servil a favor de las altas esferas del capital internacional al que es tan afecto
Es cierto, el Apra tiene las fuerzas armadas, el congreso, el poder judicial, la contraloría, los ministerios, la televisión, casi toda la prensa escrita y casi toda la radio. Pero no la Defensoría y el Tribunal Constitucional, por eso la odia y lo embiste. No alguna prensa regional, por eso la cierra. Pero sobre todo recordemos que como no tiene la razón, no soporta dialogar con nadie, excepto con el repiquetear de las pezuñas del becerro de oro de la minería, y con el tintineo de las monedas que a buen recaudo se esconden en algún paraíso fiscal de las Bahamas.
Labels: apra y la mineria, articulo de Hildebrandt sobre la actividad minera en el peru, consulta ciudadana, consulta vecinal, mineria en el peru, mineria peruana
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