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Thursday, September 27, 2007

El proyecto HAARP: Máquinas para modificar y controlar el tiempo atmosférico

Por Facundo Bazán, a partir del material de José Tous Borrás

Las siglas de este misterioso proyecto de la Fuerza Aérea norteamericana, HAARP, High Frequency Advanced Auroral Research Project, pueden traducirse como Programa de Investigación de Aurora Activa de Alta Frecuencia.

En sus instalaciones de Gakona, Alaska, se desarrollan 180 antenas que funcionando en conjunto semejan una sola antena para la emisión de 1 GW =1.000.000.000 W, es decir un billón de ondas de radio de alta frecuencia que penetrarán en la atmósfera inferior interactuando con la corriente de los "elecrojets aureales" o "chorros o vientos de electricidad flotando sobre la tierra" que circulan más arriba de las capas bajas de la atmósfera (troposfera y estratosfera, que van desde el ras del suelo hasta los 48 km de altura). Precisamente, mas allá de los 48 km la ionosfera se extiende hasta los 350 km de altura; más allá de ella se extienden los cinturones de Van Allen a distancias superiores, responsables de filtrar las partículas energéticas que tratan de irrumpir en la tierra desde el espacio exterior.

Otros proyectos militares ya habían implicado el estudio de la alta atmósfera para el uso de satélites espaciales, disimulados como proyectos no bélicos. De estos estudios se derivan otros proyectos igualmente destructivos, como el Project Starfish (1962) para alterar las formas e intensidad de los cinturones de Van Allen; el Solar Power Satellite Project (1968) que plantea generar una constelación de satélites geostacionarios capaces de interceptar la radiación solar y transmitirla en rayos concentrados de microondas a la tierra para uso militar; el SPS Military Implications (1978) que pretendiendo pasar por defensivo concentraría la radiación solar para ser usada como rayo para buscar y destruir misiles u objetos enemigos, alterar las comunicaciones de base ionosférica o ser capaces de hacer proyecciones como pantalla reflectora; vendidos al gran publico por la tenebrosa administración norteamericana como proyectos para incrementar el nivel de ozono estratosférico y amortiguar su impacto en el cambio climático mundial.

Los pulsos emitidos artificialmente a través de esas antenas estimulan la ionosfera creando ondas que pueden recorrer grandes distancias a través de la atmósfera inferior y penetrar bajo la tierra para encontrar depósitos de mísiles, túneles subterráneos (suerte de visión por rayos "X" funcionando con el principio de un calentador microndas), o simplemente comunicarse con submarinos en cualquier parte y a cualquier profundidad.

Cuando se depositan cantidades variables de energía de alta o baja frecuencias en el "electrojet aureal", cambian el medio y las corriente generando ondas LF (Low Frecuency) y VLF (Very Low Frecuency). Acercar el "electrojet auroreal" a la Tierra serviría como estación generadora, pero permitirá usarla en haces de radiofrecuencia para afectar a voluntad el clima global, las comunicaciones por cables, la interrupción de suministros eléctricos, y alteraciones en el estado del ser humano.Este enorme calentador ionosférico podría tratarse de la más sofisticada arma geofísica construida por el hombre.

Pese al modo como oficialmente pueda ser presentado, este es un proyecto imperialista con innegable potencial manipulatorio contra el mundo?

Sin embargo, una enorme ionización en el planeta no tiene porque poderse controlar tan fácilmente, siendo tantas las variables a tomar en cuenta en el momento operativo, pudiendo desencadenarse consecuencias imprevisibles, pivoteando como en un efecto "espejo" descontrolado sus efectos devastadores hacia cualquier zona del planeta. Una arma para intensificar tormentas, sequías, terremotos, sobre vastos territorios, haría del mundo una prisión a merced de una voluntad retorcida, contraria a los principios que a duras penas hemos sancionado como supuestos básicos de una vida sino fraterna, igualitaria y justa o realmente democrática, al menos proveen de principios como el de libertad, soberanía, convivencia pacífica, vigilancia de las práctica y de las normas supervisadas por la comunidad de naciones mundiales.

Científicos como Nick Begich, la Dra. Rosalie Bertell, o periodistas como Jeanne Manning demuestran que el proyecto tendría peores consecuencias que las pruebas nucleares. "Son cincuenta años de programas intensos y crecientemente destructivos para comprender y controlar la atmósfera superior, del que piezas aparentemente inconexas como el laboratorio espacial fuera de la atmósfera que Estados Unidos construye está relacionado con la investigación y desarrollo militar en curso. Cuando estos proyectos, desarrollados por separado, se combinen en su despliegue militar definitivo las implicancias planteadas al mundo como desafíos para la convicencia serán inminentes. El que por medio de haces de láser y partículas tenga los medios para plantear la "guerra de las galaxias" reaganiana como la última versión cristalizada de las peores películas apocalípticas de Holliwood es aterrador. Nos imaginamos ese proyecto "vendido" mesiánicamente por Bush, o por cualquier otro, al cándido público norteamericano como el escudo antiterrorista espacial perfecto contra la entrada de armas al territorio nacional.

El creador del calentador ionosférico HAARP, Bernard Eastlund, asegura que su invento podría, ayudar a mejoraar el clima, a partir de una aplicación consecuente de la teoría de la resonancia del croata Nikola Tesla, experto en termodinámica, energía solar, rayos X y cósmicos, etc., fue el inventor de turbinas más eficientes basadas en la corriente alterna y el motor de inducción electromagnética, e incluso de la radio, idea que se la habrían apropiado Edison y Marconi. Él también fue el inventor de un sistema para la transmisión de energía sin medio físico o inalámbrica, consiguió encender, para sorpresa de todos, un conjunto de lámparas de 50 vatios a 40 km de distancia. A él se debe la idea de poder concentrar y transmitir energía a grandes distancias, y pronostico la invención de la televisión, el uso de satélites y el posible uso de máquinas del tiempo capaces de ser controladas a grandes distancias.

Lo peor del asunto es que la evidencia científica y periodística actualizada hasta el momento HAARP ya está en funcionamiento, y que estaría detrás de las inundaciones, sequías, huracanes y terremotos recientes, los cuales serían sólo una parte de sus tembles ensayos. Pero el asunto continúa y se planea instalar en Groenlandia y Noruega una nueva cadena de antenas, al igual que algunas islas del Pacífico.

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