Puntos Negros en la Explicación del Instituto Blacksmith
Por Facundo Bazán
Si el mapa de contaminación por polución, diseñado por los expertos del Instituto Blacksmith, con sede en Nueva York, coincidiera con lo que ellos llaman “mundo en desarrollo” o “pobreza” ( así le llaman ellos al colonialismo y la dependencia impuesta por los imperialistas, sus transnacionales y organismos de fachada ) los puntos peligrosos de Rusia, China, India, Ucrania, Azerbayán, Zambia y Perú, demostrarían que la contaminación y la pobreza son el costo inevitable que el “mundo en desarrollo” paga cara su incapacidad y su tardenza -por motivos estrictamente achacables a ellos mismos- en a formar parte del “mundo desarrollado”, por la ruta minera ( hazaña histórica que no cumplió nunca, en parte alguna, ningún país, excepto los que la practican explotando la riqueza de los países del “mundo en desarrollo”).
Afirman como especialmente peligrosas las zonas en que las multinacionales explotan plomo y carbón en Tianying y Linfen, en China, o la zona donde funcionan las petroquímicas transnacionales en Sumgayit, Azerbaiyán, o la de los complejos de armamentos químicos de Dzerzinsk, y la de la del níquel en pleno círculo polar, o la de las minas de cromo en Sukinda y el corredor industrial de Vapi en la India, o las del cadmio de Zambia ( también explotadas por las transnacionales de los países que no registran contaminación de altos niveles ) o la de La Oroya, Perú, donde la lluvia ácida extermina lentamente desde hace un siglo a los indígenas campesinos y obreros, ante las tímidas e impotentes multas y ultimátums de organismos como el que supervisa la inversión en energía y minería y la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, con la connivencia del gobierno peruano, que no cesa de minimizar el envenenamiento vil.
Curiosamente, según la lista de Blacksmith, ninguno de los países desarrollados contaminan en el territorio de sus países, pero sí en los de los países del “mundo en desarrollo”. Ni un solo punto de su mapa minero se encuentra entre los treinta principales focos de polución mundial, corroborado por la Organización Mundial de la Salud, en el sentido de que la contaminación sólo mata en los países “empobrecidos”.
Toda esta cháchara no sólo suena a propaganda etnocentrista para escamotearle la responsabilidad de esos países ricos y sus “exitosas” transnacionales mineras, sino para escondernos a nosotros la más simple de las razones : que las transnacionales fuera de sus países explotan a bajos costos y sin ninguna de las medidas de seguridad, prevención y reparación civil o de daños, convirtiendo a los países "mineros" en paisajes arrasados, en pobres colonias precisamente por hacerlas proveedoras de minerales a bajo costo. Con la confabulación de gobiernos, gendarmes, cómplices y corruptos, miran para otro lado para no verse obligados a admitir que la vida vale menos que las rentables operaciones de las transnacionales neo-mercantilistas de las metrópolis imperialistas.
La organización aseguró que "con un medio natural más seguro, se podrían evitar cada año más de 13 millones de muertes en el mundo", pero no nos dicen que eso sólo sería posible si a estos países o regiones no se les impusiera la minería como ruta mentirosa al desarrollo, con el cuentazo de las divisas, cosa que nunca fue suficiente para llegar al desarrollo. Las soluciones que la OMS y el Instituto Blacksmith sugieren como soluciones a los problemas sanitarios provocados por la contaminación minera, en cada uno de los llamados puntos negros, pasan por el “mejoramiento del entorno natural” ya una vez depredado, por la “mejora de la calidad del agua” luego de ser envenenada con metales pesados, y por la ”extensión del uso de vacunas”, de altos contenidos de mercurio, que ellos mismos autorizan para ser usadas entre los países del “mundo en desarrollo”, pero no en los "desarrollados". Esos organismos son incapaces de plantear consecuentemente que la explotación minera en los países coloniales, semicoloniales, neocoloniales o recolonizados, mientras sigan siéndolos, no podrá gozar de las mismas condiciones de inversión y prevención del riesgo usadas en los países industrializados del hemisferio norte, para que puedan convivir la agricultura y la minería, con el consentimiento popular expreso, y todas las garantías de prevención, seguridad y reparación posibles hoy.
Afirman como especialmente peligrosas las zonas en que las multinacionales explotan plomo y carbón en Tianying y Linfen, en China, o la zona donde funcionan las petroquímicas transnacionales en Sumgayit, Azerbaiyán, o la de los complejos de armamentos químicos de Dzerzinsk, y la de la del níquel en pleno círculo polar, o la de las minas de cromo en Sukinda y el corredor industrial de Vapi en la India, o las del cadmio de Zambia ( también explotadas por las transnacionales de los países que no registran contaminación de altos niveles ) o la de La Oroya, Perú, donde la lluvia ácida extermina lentamente desde hace un siglo a los indígenas campesinos y obreros, ante las tímidas e impotentes multas y ultimátums de organismos como el que supervisa la inversión en energía y minería y la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, con la connivencia del gobierno peruano, que no cesa de minimizar el envenenamiento vil.
Curiosamente, según la lista de Blacksmith, ninguno de los países desarrollados contaminan en el territorio de sus países, pero sí en los de los países del “mundo en desarrollo”. Ni un solo punto de su mapa minero se encuentra entre los treinta principales focos de polución mundial, corroborado por la Organización Mundial de la Salud, en el sentido de que la contaminación sólo mata en los países “empobrecidos”.
Toda esta cháchara no sólo suena a propaganda etnocentrista para escamotearle la responsabilidad de esos países ricos y sus “exitosas” transnacionales mineras, sino para escondernos a nosotros la más simple de las razones : que las transnacionales fuera de sus países explotan a bajos costos y sin ninguna de las medidas de seguridad, prevención y reparación civil o de daños, convirtiendo a los países "mineros" en paisajes arrasados, en pobres colonias precisamente por hacerlas proveedoras de minerales a bajo costo. Con la confabulación de gobiernos, gendarmes, cómplices y corruptos, miran para otro lado para no verse obligados a admitir que la vida vale menos que las rentables operaciones de las transnacionales neo-mercantilistas de las metrópolis imperialistas.
La organización aseguró que "con un medio natural más seguro, se podrían evitar cada año más de 13 millones de muertes en el mundo", pero no nos dicen que eso sólo sería posible si a estos países o regiones no se les impusiera la minería como ruta mentirosa al desarrollo, con el cuentazo de las divisas, cosa que nunca fue suficiente para llegar al desarrollo. Las soluciones que la OMS y el Instituto Blacksmith sugieren como soluciones a los problemas sanitarios provocados por la contaminación minera, en cada uno de los llamados puntos negros, pasan por el “mejoramiento del entorno natural” ya una vez depredado, por la “mejora de la calidad del agua” luego de ser envenenada con metales pesados, y por la ”extensión del uso de vacunas”, de altos contenidos de mercurio, que ellos mismos autorizan para ser usadas entre los países del “mundo en desarrollo”, pero no en los "desarrollados". Esos organismos son incapaces de plantear consecuentemente que la explotación minera en los países coloniales, semicoloniales, neocoloniales o recolonizados, mientras sigan siéndolos, no podrá gozar de las mismas condiciones de inversión y prevención del riesgo usadas en los países industrializados del hemisferio norte, para que puedan convivir la agricultura y la minería, con el consentimiento popular expreso, y todas las garantías de prevención, seguridad y reparación posibles hoy.
Labels: contaminacion, Instituto Blacksmith, mapa de contaminacion, polucion mundial
1 Comments:
La Blacksmith Institute los años 2006 y 2007 han realizado investigación sobre las ciudades más contaminadas del mundo y llegó a la conclusión que la Oroya se halla entre las 10 ciudades más contaminadas del mundo; ha sido muy benévola; de acuerdo a mis investigaciones de varios años que vengo difundiendo, la Oroya es la más contaminada del Perú, América latina y también del mundo y cada vez se está contaminando más: plomo en sangre en niños de la Oroya Antigua 53.7 ug/dl (DIGESA 1999) embarazadas 39.49 ug/dl (UNES 2000), niños al nacer 19.06 ug/dl, puérperas 319 ug/100 gramos de placenta (Castro 2003) y 39 ug/dl en trabajadores (Doe Run 2003). Máximo aceptado de plomo en sangre 10 ug/dl;actualmente la Academia de Pediatría de USA considera como máximo permitido 0 ug/ dl.
Cuando la Oroya estaba en manos de Centromin eliminaba solamente por la chimenea de 167.500 metros de altura en promedio por día y toneladas: bióxido de azufre 1000, plomo 2500, arsénico 2500, cadmio 80, material particulado 50 y así sucesivamente, más 24,000 de gases tóxicos producto de la combustión incompleta del carbón, sin contar lo que se elimina por el incinerador industrial y por las 94 chimeneas pequeñas que se calcula 15,000 (PAMA El Complejo Metalúrgico de la Oroya, 1996): suman en total 45,000 toneladas día.
Doe Run envía cada 3 meses las concentraciones de los metales pesados al Ministerio de Energía y Minas y con estos datos Cederstav ha demostrado que la contaminación se ha incrementado; por ejemplo el bióxido de azufre se ha elevado a cerca del 300% por aumento de la producción (Cerderstav. La Oroya no Espera, 2002)
La Asociación Interamericana del Ambiente dice que la calidad ambiental de la Oroya se ha deteriorado severamente desde que Doe Run se hizo cargo y la misma empresa declara que las concentraciones de los gases de metales pesados se ha incrementado en el aire: plomo 1160 %, cadmio 1990 % y arsénico 606 % (Portugal C y Cols. Los Humos de Doe Run, 2003)
Dr, Godofredo Arauzo
E-mail: godo_ara@hotmail.com
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