El Pogo Eterno: El origen del Punk
El siglo XX es por excelencia el siglo de las rebeldías. Ya el XIX había gestado la moderna configuración del mundo, tanto ideológica, política como culturalmente, pero aún hacían falta todos los demás actores que harían del mundo lo que decididamente es hoy.
El siglo pasado fue testigo excepcional de las más auténticas revoluciones en los más variados campos de acción humana. Inglaterra, por ejemplo, ha sido fuente de muchos de estos fenómenos culturales en la política, la industria, las artes y el pensamiento actual. A nosotros nos interesa vivamente explorar las transformaciones artísticas, motivo por el que nos ocuparemos brevemente del significado del Punk, como estilo musical y forma de vida, sin dejar de lado un somero examen de las condiciones socioeconómicas que dan a una de las últimas vanguardias del siglo anterior.
Los años setenta se caracterizaron por la convulsión que supuso la Guerra Fría y la distensión al interno de los bloques contendientes. Inglaterra formaba parte prominente del grupo defensor del Capitalismo y del sistema colonial, y su población sufría la aplicación de abusivas tasas creadas por los conservadores como mecanismo compusilvo para financiar sus arrestos militaristas. Además de la crisis del petróleo, la “Era Tatcher” -fenómeno clave para entender la aplicación de políticas neoliberales aún neonatas en el panorama mundial- estuvo caracterizada por su feroz ataque contra el trabajo, manifiesto como el desempleo en masa de miles de trabajadores y, por tanto, como caldo generador del extendido malestar contra el sistema. La subversión anarco-comunista seguía dando la voz cantante a contrapelo del ambiente represivo, desatando -contra el carácter reaccionario de los gobiernos y el desempleo- el malestar popular en la forma de una peculiar actitud juvenil londinense, epicentro de la movida de los radicales punkis.
Ya el Underground había mostrado sus primeras armas en los Estados Unidos, y, entre estas, el poder de la provocación había resultado particularmente incómodo para las clases dirigentes, aunque sólo se tratara de un estilo artístico. Cuando las primeras manifestaciones del Underground arribaron a la Isla, se encontraron con una juventud combativa que usaba imperdibles en la ropa o parches llamativos al modo de los jóvenes de las clases bajas. Los cabellos crispados, luego, y el cuero serían las formas de provocación utilizadas hasta la actualidad contra la indumentaria presuntamente distinguida de los ladrones vestidos de Lord y los “skinhead” de tendencia neonazi. Una apuesta legítima más que una curiosidad estética.
Pero el punk significó ciertamente más que un estilo musical o textil -que es a lo que se le ha querido reducir en los tiempos del “post- Punk” y en muchos círculos modernos que quieren despojarlo de todo contacto con la revolución mundial-. El Punk encuentra un punto de conexión importante en sus orígenes con las más diversas vertientes del anarquismo. Sólo así podemos acercarnos a la comprensión real de su significado. El Punk como fenómeno social busca crecer y prestar sus brazos y cabellos chillones al sueño constructivo de una sociedad justa, una donde el individuo finalmente alcance su realización plena en todos los aspectos posibles.
El siglo pasado fue testigo excepcional de las más auténticas revoluciones en los más variados campos de acción humana. Inglaterra, por ejemplo, ha sido fuente de muchos de estos fenómenos culturales en la política, la industria, las artes y el pensamiento actual. A nosotros nos interesa vivamente explorar las transformaciones artísticas, motivo por el que nos ocuparemos brevemente del significado del Punk, como estilo musical y forma de vida, sin dejar de lado un somero examen de las condiciones socioeconómicas que dan a una de las últimas vanguardias del siglo anterior.
Los años setenta se caracterizaron por la convulsión que supuso la Guerra Fría y la distensión al interno de los bloques contendientes. Inglaterra formaba parte prominente del grupo defensor del Capitalismo y del sistema colonial, y su población sufría la aplicación de abusivas tasas creadas por los conservadores como mecanismo compusilvo para financiar sus arrestos militaristas. Además de la crisis del petróleo, la “Era Tatcher” -fenómeno clave para entender la aplicación de políticas neoliberales aún neonatas en el panorama mundial- estuvo caracterizada por su feroz ataque contra el trabajo, manifiesto como el desempleo en masa de miles de trabajadores y, por tanto, como caldo generador del extendido malestar contra el sistema. La subversión anarco-comunista seguía dando la voz cantante a contrapelo del ambiente represivo, desatando -contra el carácter reaccionario de los gobiernos y el desempleo- el malestar popular en la forma de una peculiar actitud juvenil londinense, epicentro de la movida de los radicales punkis.
Ya el Underground había mostrado sus primeras armas en los Estados Unidos, y, entre estas, el poder de la provocación había resultado particularmente incómodo para las clases dirigentes, aunque sólo se tratara de un estilo artístico. Cuando las primeras manifestaciones del Underground arribaron a la Isla, se encontraron con una juventud combativa que usaba imperdibles en la ropa o parches llamativos al modo de los jóvenes de las clases bajas. Los cabellos crispados, luego, y el cuero serían las formas de provocación utilizadas hasta la actualidad contra la indumentaria presuntamente distinguida de los ladrones vestidos de Lord y los “skinhead” de tendencia neonazi. Una apuesta legítima más que una curiosidad estética.
Pero el punk significó ciertamente más que un estilo musical o textil -que es a lo que se le ha querido reducir en los tiempos del “post- Punk” y en muchos círculos modernos que quieren despojarlo de todo contacto con la revolución mundial-. El Punk encuentra un punto de conexión importante en sus orígenes con las más diversas vertientes del anarquismo. Sólo así podemos acercarnos a la comprensión real de su significado. El Punk como fenómeno social busca crecer y prestar sus brazos y cabellos chillones al sueño constructivo de una sociedad justa, una donde el individuo finalmente alcance su realización plena en todos los aspectos posibles.
Camarada Kretschmer
1 Comments:
Hola, soy webmaster de un portal de foros y contenidos de arte y espectáculos (No lo menciono para no hacer Spam). El artículo "El pogo eterno: El origen del punk" me pareció muy intersante, y me gustaría reproducirlo en el sitio que administro. Les pido autorización para ello. A cambio ofrezco promocionar Hoja Obrera al pie del artículo, en un link de texto o en un pequeño banner.
Quedo a la espera de su respuesta a mi email: gmg76@hotmail.com
Gracias!
Guillermo.
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