Manuel Scorza y Redoble por Rancas: la Reinserción del Hombre en la Literatura

Hubo un tiempo en que la literatura -de espaldas al verdadero arte- no se atrevía a encarar la palabra furiosa nacida de la coyuntura, y que gritaba la inutilidad de eludir los sucesos que exigen ser revelados. En ese tiempo escribíamos según el canon exasperante del yo, para cuya estética ni la miseria ni los altibajos de la vida cotidiana podían ser hojeados con algo más que el dedo. Por ello, en el largo proceso de la literatura peruana, nos detendremos en los 60s –en cuyo correlato se dieron los grandes sucesos mundiales que determinaron la toma de posiciones radicales, manifiestas en la revolución mental, artística y literaria de la época– para admirar al Scorza fundacional, capaz de escribir desde el proletariado, contra la tragedia del campo abandonado por el poder capitalino a merced de sus enemigos de siempre. Esta obra de grandes méritos lírico-narrativos nos habla del Perú de los supervivientes de cinco siglos.

Redoble por Rancas es una genial novela porque supera la visión de una realidad desangrada. En ella, Scorza se entrega a la difícil tarea de interpretar al Perú –desde el ojo del Realismo mágico y de la experiencia íntima de personajes que andan sobre sus propios rumbos–reintroduciendo, contra el mecanicismo, las inquietudes, esperanzas y transformaciones de personajes entrañables como el Nictálope, o antagonistas, como el Dr. Montenegro, reflejo dinámico de una sociedad partida entre poder despótico y necesidad de cambio. El espíritu ‘del que ve en la noche’ parece llamarnos a su tentativa de liberación social –también personal-, mientras el doctor Montenegro, en la categoría de los que ejercen la tiranía en nombre del egoísmo, detentan el poder en nombre de la fuerza por la fuerza. Sus personajes, pintados desde la imaginación marxista, esconden los hilos argumentales del la lucha de clases.

Ciertamente, la publicación de Redoble por Rancas señala una fecha de singular importancia, pues no sólo redescubre a nuestro hombre en su dimensión concreta, psíquica y cósmica, sino que inserta la novela peruana en la corriente hispanoamericana y mundial. Como se advirtió al principio de este breve artículo, hubo un tiempo en que la literatura pretendió esquivar el drama cotidiano; mas, era necesario volver a Manuel Scorza para encontrarnos a nosotros mismos.

Camarada Kretschmer