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Thursday, November 15, 2007

Una pausa para una pelea pendiente

Por, Raúl Pastor Gálvez

Quienes creían que la coyuntura del ascenso popular se había cerrado se equivocaron, y por eso se sorprendieron que la reabran los docentes universitarios y los Mineros del Perú, por huelgas regadas con sus sangres en Casapalca y en Chiclayo.

Victimados por las fuerzas del orden que públicamente azuza Alva Castro ( y detrás de las cortinas Agustín Mantilla ) ahora hay que soportar los soporíferos de su millonaria camapaña mediática orquestada desde el Ministerio del Interior para confundir al pueblo sin suerte.

La primera mitad del año remató en el exitoso Paro del 11 de Julio, y la segunda, en el del 8 de noviembre, abriendo para García, prematura y premonitoriamente, la coyuntura de quiebre en que las regiones, los gremios obreros, campesinos, profesionales y empresariales de todos los rincones del país, evalúan al “promotor de las evaluaciones” con 07 a las justas, y a su personal por debajo de 03, incluido el circunspecto Alan Wagner.

La jornada inaugural de las respuestas gubernamentales ha variado del insulto subido de tono al rosario de detenciones, luego al abaleamiento con muertos y contusos, y de allí a las leyes últimas con que las fuerzas del orden serán usadas para matar manifestantes sin ser siquiera imputables, en la evidente paranoia de la unidad fascista que gobierna a nombre de la mayoría espuria del Apro-fuji-unionismo.

Las luchas de todos los sectores, Salud, Docentes, Trabajadores, Estudiantes y Autoridades de las Universidades Públicas, Profesores y administrativos de Educación primaria y secundaria, las Centrales obreras y campesinas como la CGTP, CUT, CCP, Transportistas, Cocaleros, Gobiernos Regionales, y otras como comedores populares y vaso de leche, se extienden hasta los intelectuales y organizaciones empresariales, mostrando que la coordinación de nuestros ritmos y la centralización de nuestras luchas es el camino, siempre que el concurso de las organizaciones políticas, sumadas al ascenso, converja pero no se superponga a la plataforma y táctica de desmontar el aparataje que oculta la naturaleza entreguista de la Gran Burguesa nativa, pro-impoerialista, neoliberal y fascistoide.

La compra de dólares sacrificando las reservas del país, para beneficio de los importadores, se condice con la baja de los aranceles para condenar a los industriales que no podrán competir, condenados a la quiebra. Priorizar mercantilistamente la minería en vez del agua, en el inicio de su crisis más grave, se condice con el subsidio del combustible de los autos finos y el castiga del diesel, cuyo componente castiga a los pobres con el alza del costo de vida. Pírrica victoria la de impedir que los sectores en conflicto anuncien spots por radio y televisión que aludan al Presidente que, en cambio, nos insulta sin que nadie pueda públicamente desmentirlo por los mismos medios y en el mismo espacio, tal como ha pasado al Sindicato Unificado de Docentes de la Universidad Nacional de Trujillo y la FENDUP, en una escandalosa muestra de que RPP no es tan confiable como se piensa y que los medios privados no están exentos de intromisión política.

Esta ruta abre serias dudas sobre la posibilidad de que el régimen pueda continuar por los mismos medios profundizando la política neoliberal -abierta por Fujimori y Toledo- con más populismo y clientelaje y la abierta represión contra cualquier cosa que huela a “comunismo”. García y Del Castillo pretenden convencer a los críticos que los corruptos que venden la patria son menos peligrosos que los “extremistas” que ellos se imaginan detrás de cada protesta.

La breve pausa que sigue a esta coyuntura deja expuesta la debilidad del sillón de Pizarro, apenas recompuesto su fascio con el apoyo incondicional de Unidad Nacional y el Fuji-montesinismo, que apalancan al legislativo para el asunto del extraditable.

En la agenda de la próxima legislatura, y en las plataformas populares pendientes, está inscrito el fragor de las calles, aún teñidas de sangre y del eco multánime de los pueblos del Perú. Una posición más débil de García puede hacer más tenso el balance de cosas entre la oposición y el fascio, pero hará más fuerte a los sectores más conservadores de la derecha, interesados en crear amenazas terroristas por todas partes para penalizar la protesta popular con la reedición del genocidio al que el Perú dijo basta.

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