¿Qué hay debajo, dentro y detrás de Obama?

Por Facundo Bazán y Mauricio San Miguel

¿Hay intenciones ocultas tras la ambiguedad del nacionalismo y del universalismo que Obama agita indistintamente, según sea el caso? Al borde de la hora cero es evidente que la seducción de su retórica es un producto prefabricado a la medida de la crisis, destinado a movilizar la subjetividad de sus voluntarios, donantes y votantes.

No obstante ser, para sus partidarios, la salida al actual “callejón sin salida”, para sus oponentes y analistas no deja de ser una versión maquillada de los mismos contenidos, progresivamente matizados en torno a la redistribución de los impuestos, la oposición cada vez menos insistente a la concentración interna del poder y la riqueza, y al ejercicio vigilante del poder ciudadano contra la codicia de los grupos de interés y el moralismo a ultranza de su museo de héroes de colección.

La aglutinación ansiosa que predican los demócratas relega la objetividad de los antagonismos de clase a un segundo plano, recorriendo el camino inverso a Rosseau de la mano de los artífices del reconocimiento multiculturalista desde el "gobierno de la mayoría" al "derecho de la minoría". Para eludir al macartismo exigen al Estado regular menos al sector privado causante de la depresión y alargar los derechos fuera de la metrópoli a condición de que todos queden incluidos en su coto colonial. Mezcolanza de ‘consenso’ por conciliación, y de ‘cambio’ por convergencia, su "Sí, podemos" transfunde en la tolerancia vacua del perspectivismo trasnochado de la nueva epistemología la inclusión y la exclusión como argumentos políticos para reeditar los superpoderes del futuro manifiesto.

"Cuando dijeron que no estábamos listos, respondimos, el Sí, podemos, inscrito en los documentos fundantes del país. Aquí todos somos patriotas aunque unos se hayan opuesto y otros hayan apoyado la guerra de Irak. Somos un pueblo único que ha jurado fidelidad a la bandera de la tierra generosa donde no hace falta ser rico para realizar el potencial que se tiene".

¿Seguirán avanzando juntos los pioneros blancos y sus peones negros hacia el Oeste infinito, hasta abarcarlo todo, más allá del bien y del mal, hacia las fronteras de la Tierra prometida para todos, pero reapropiada por pocos con absoluta exclusión de la igualdad y del resto?

Definitivamente, curar en salmuera a la nación norteamericana nada tiene que ver con reparar al mundo agónico, como tampoco tiene nada que ver el salvataje de su capacidad de consumo con la salvación del planeta entero.