Caen más Fuji-ratas : Perez Documet, asesino de La Cantuta
Enviado por los cc. de la Liga Socialista del Cuzco
Opuso férrea resistencia al ser impedido de dejar la sede judicial. La orden de detención fue dictada por la jueza Antonia Saquicuray. Ello ocurrió luego de que Pérez Documet acudiera a la sede de los juzgados anticorrupción a dar su testimonio en el juicio que se le sigue a Óscar López Meneses, ex yerno del ex ministro de Defensa, el prófugo Víctor Malca Villanueva, por el delito de peculado. El ex militar, confundido por la situación, dijo desconocer la orden de arresto y exigió ser liberado de inmediato. En su opinión se trataba de un atropello porque él había ido a declarar en otra sala.
La jueza, quien ordenó su detención hace 15 días, al abrirle proceso por los crímenes de La Cantuta, le explicó su situación; pese a ello Pérez le indicó que no fue notificado, ni su abogado le informó nada. Saquicuray le explicó que las órdenes de captura se notifican solo a la Policía para su ejecución. Es así que, después de llamar al abogado de Pérez, la jueza procedió a tomarle sus generales de ley, y luego lo puso a disposición del INPE, para su internamiento en un penal de la capital.
Entre tanto, deja la clandestinidad y se entrega José Alarcón Gonzales, ante la Sala Anticorrupción, sometiéndose a la confesión sincera reconoce su participación en los crímenes de Barrios Altos y La Cantuta, confirmando que Pérez Documet participó activamente en éste último, como ex jefe de las Fuerzas Especiales del Ejército (DIFE), por el asesinato de nueve estudiantes y un profesor de la Universidad, La Cantuta, en 1991, pues Pérez Documet habría permitido y apoyado el ingreso del grupo Colina a La Cantuta, en julio de 1992, y pese a enterarse de lo sucedido no denunció nunca el caso.
José Alarcón Gonzales, al confesar sostuvo que ellos seguían las órdenes de Santiago Martin Rivas, y que en el caso de La Cantuta éste les dijo que iban a detener a los responsables del atentado en la calle Tarata, pero no sabía que eran personas inocentes; sostuvo que el objetivo del operativo, realizado el 18 de julio de 1992, era la “eliminación” de los estudiantes y del profesor. Señaló : “Sí, se llevaba cal, palas y picos, porque el objetivo era la eliminación de estos delincuentes subversivos”. Afirmó que no asesinó personalmente a nadie pues su función era la de “contención”, es decir, brindar seguridad a los integrantes del grupo Colina.
Opuso férrea resistencia al ser impedido de dejar la sede judicial. La orden de detención fue dictada por la jueza Antonia Saquicuray. Ello ocurrió luego de que Pérez Documet acudiera a la sede de los juzgados anticorrupción a dar su testimonio en el juicio que se le sigue a Óscar López Meneses, ex yerno del ex ministro de Defensa, el prófugo Víctor Malca Villanueva, por el delito de peculado. El ex militar, confundido por la situación, dijo desconocer la orden de arresto y exigió ser liberado de inmediato. En su opinión se trataba de un atropello porque él había ido a declarar en otra sala.
La jueza, quien ordenó su detención hace 15 días, al abrirle proceso por los crímenes de La Cantuta, le explicó su situación; pese a ello Pérez le indicó que no fue notificado, ni su abogado le informó nada. Saquicuray le explicó que las órdenes de captura se notifican solo a la Policía para su ejecución. Es así que, después de llamar al abogado de Pérez, la jueza procedió a tomarle sus generales de ley, y luego lo puso a disposición del INPE, para su internamiento en un penal de la capital.
Entre tanto, deja la clandestinidad y se entrega José Alarcón Gonzales, ante la Sala Anticorrupción, sometiéndose a la confesión sincera reconoce su participación en los crímenes de Barrios Altos y La Cantuta, confirmando que Pérez Documet participó activamente en éste último, como ex jefe de las Fuerzas Especiales del Ejército (DIFE), por el asesinato de nueve estudiantes y un profesor de la Universidad, La Cantuta, en 1991, pues Pérez Documet habría permitido y apoyado el ingreso del grupo Colina a La Cantuta, en julio de 1992, y pese a enterarse de lo sucedido no denunció nunca el caso.
José Alarcón Gonzales, al confesar sostuvo que ellos seguían las órdenes de Santiago Martin Rivas, y que en el caso de La Cantuta éste les dijo que iban a detener a los responsables del atentado en la calle Tarata, pero no sabía que eran personas inocentes; sostuvo que el objetivo del operativo, realizado el 18 de julio de 1992, era la “eliminación” de los estudiantes y del profesor. Señaló : “Sí, se llevaba cal, palas y picos, porque el objetivo era la eliminación de estos delincuentes subversivos”. Afirmó que no asesinó personalmente a nadie pues su función era la de “contención”, es decir, brindar seguridad a los integrantes del grupo Colina.
posted by -- HOJA OBRERA -- at 5:52 PM
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