Los Imperialistas Sacrifican a Contribuyentes para Salvar a la Banca

Por Facundo Bazán

Desde que a partir de noviembre, los bancos se han visto afectados por amortizaciones que totalizan unos 125.000 millones de dólares activos, golpeando duramente a sus acciones, el índice de bancos europeos DJ Stoxx ha caído casi un 40 por ciento desde junio, se dice de modo extraoficial que los Bancos Centrales de ambos lados del Atlántico ensayan resolver aunque sea tardíamente la crisis global del crédito adquiriendo más de los valores con respaldo hipotecario envenenados que causaron precisamente la debacle actual, en algo tan absurdo como lo que acaba de pasar en Estados Unidos de Norteamérica donde algunos han supuesto que obligando al JP Morgan a pagar el triple por el quebrado Bear Stearn que compró la semana pasada se eludirá la depresión y la estampida.

¿Lo peor de la banca especuladora será salvada por la concertación planificada de entidades públicas de distintas naciones, burlando sin asco las leyes del libre mercado que dijeron desde siempre adscribir? ¿Para emerger de la depresión actual bastará con jugarse irresponsablemente los fondos de las reservas nacionales para proteger a unos cuantos culpables del estropicio financiero, comercial e industrial actual? ¿Los mentores de la propaganda liberal o neoliberal serán capaces de planificar, de intervenir y de proteger como dicen propiciar sus contrincantes teóricos y políticos del comunismo decimonónico? ¿Podrán salir del fuego sin quemarse ni una pestaña a punta de inyectar miles de millones para recuperar la confianza y reanimar el consumo inyectando la liquidez sobre la que juegan los bancos y las aseguradoras? ¿Podrán animar a los industriales a aprovechar los tipos de interés recortados para invertir en un mercado que se achica por la caída de la moneda y el aumento constante del costo de la energía?

En público ni la Fed ni el BoE ni el Banco Central Europeo están dispuestos a admitir que realizan coordinaciones para bajar la tensión financiera, tener pequeños repuntes y hacer que los contribuyentes respondan con el patrimonio nacional por la compra coordinada de MBS’s, asumiendo el riesgo de la quiebra del crédito -y no los bancos privados que provocaron esto con sus capitales accionarios. Ninguna pequeña mejoría será sinónimo de reactivación sino únicamente de demora de lo inevitable, como admiten los más serios analistas mundiales.