Los Fascistas también Lloran
Por Facundo Bazán
A diferencia del almirante Fallon, tenazmente contrario a intervenir en Irán, y del General Casey, a favor de una pronta salida de Irak, Petraeus ha recomendado al Congreso estadounidense retirar simbólicamente 20,000 soldados pero dejar 140,000 para “dar seguridad a las frágiles y reversibles democracias árabes".
Bush toma esta decisión en su peor momento, pues recientemente fue ignorado por la gran audiencia a pesar de publicitar intensamente su intervención en un espacio de concursos, en el que intentó hacerse el gracioso con un veterano de la guerra de Irak, Joseph Kobes, al decirle "Me emociona estar contigo esta noche, no sé si estás libre para venir a Washington; tengo que cerrar un acuerdo con el Congreso sobre cómo repartir tres trillones. 'Hacemos trato o no’?", instante en el que el pobre veterano perdió 150.000 dólares, demostrando que Bush le trae mala suerte a cualquiera, pues la audiencia mermó hasta el peor registro de su existencia.
Aunque aún falta la ratificación senatorial, el general norteamericano David Petraeus -que soportó en los tres últimos meses el mayor embate de las fuerzas iraquíes coaligadas promotoras de la guerra civil, dirigirá desde la lejana Tampa, Florida, las operaciones de guerra en un teatro de operaciones mayor aún : Oriente Próximo, este de África y Asia central. El Secretario de Defensa, Robert Gates y G. Bush recomendaron sacarlo de Irak y poner al teniente general Raymond Odierno, que participó en la captura del asesinado Saddam Hussein.
A diferencia del almirante Fallon, tenazmente contrario a intervenir en Irán, y del General Casey, a favor de una pronta salida de Irak, Petraeus ha recomendado al Congreso estadounidense retirar simbólicamente 20,000 soldados pero dejar 140,000 para “dar seguridad a las frágiles y reversibles democracias árabes".
Bush toma esta decisión en su peor momento, pues recientemente fue ignorado por la gran audiencia a pesar de publicitar intensamente su intervención en un espacio de concursos, en el que intentó hacerse el gracioso con un veterano de la guerra de Irak, Joseph Kobes, al decirle "Me emociona estar contigo esta noche, no sé si estás libre para venir a Washington; tengo que cerrar un acuerdo con el Congreso sobre cómo repartir tres trillones. 'Hacemos trato o no’?", instante en el que el pobre veterano perdió 150.000 dólares, demostrando que Bush le trae mala suerte a cualquiera, pues la audiencia mermó hasta el peor registro de su existencia.
Eso mismo le ha pasado al abogar desmedidamente a favor del TLC con Colombia, pues ha provocado la inmediata resistencia del senado, distante del apestado Uribe, recientemente juzgado por su implicación en matanzas extrajudiciales practicadas por la brigadas paramilitares organizadas directamente por él y por gente del entorno del narcotráfico en Medellín. Le investigan por una de las masacres ejecutadas en Antioquia en 1997, donde un ex paramilitar le acusa de haberle escuchado participar y dirigir la reunión que planeó -con el general Ospina, el general Rosso y el líder paramilitar Salvatore Mancuso- la masacre de El Aro, en Antioquia, ejecutada durante seis días conjuntamente por los paramilitares y el Ejército, con el saldo de 15 personas torturadas y asesinadas, mujeres violaron, 43 casas incendiadas, ganado robado y 900 personas desplazadas.
Como era de esperar, Uribe se refirió al testigo como “bandido con ánimo de venganza contra mi honorabilidad ciudadana”, oponiendo al testimonio presencial, que le sindica como co-autor de asesinato múltiple, el de las propias fuerzas co-ejecutoras del execrable suceso, arguyendo que ellas saben dónde ha ido, dormido y reunido desde 1988", sacramentándolas como testigos de su propia santidad fascista. Igualmente, Mancuso ya condenado a 40 años de cárcel junto a Castaño, jefe paramilitar de las Autodefensas Unidas de Colombia, por ahora de paradero desconocido, ha pretextado que las víctimas murieron en combate como guerrilleros.
Pero también en Argentina se cuecen habas, como lo hace la “justicia” cuando se trata de echarle mano a los genocidas. Luego de 30 años el octogenario fascista Videla y unos peronistas, émulos del aprismo peruano, al fin es arrancado de su exclusivo arresto domiciliario para procesarlo junto a once forajidos de la Armada por delitos contra los DDHH, que van de la tortura al secuestro y la desaparición de miles de gentes entre 1976 y 1983.
Esta mañana, trasladado al despacho del juez Rafecas, se le notificó de más de 200 hechos constitutivos de delitos de lesa humanidad que no prescriben pese al tiempo transcurrido, resolviéndose su detención y disposición. Los 71 millones de euros embargados a los procesados nunca serán suficientes para indemnizar el oprobio sufrido por sus supérstites y la nación.
En Perú, Fujimori languidece con su sonrisita cachacienta mientras la parte civil hace lo indecible por dejar bien establecida su responsabilidad y su defensa en la corte y en el parlamento lo necesario para unir al fascio gobernante en un pacto de infamia y de silencio.
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