Bush fomenta miedo y acusa le bloquean ley de espionaje

Por Pablo Mora

Los líderes Demócrata en la Cámara de Representantes y en el Senado acusaron a G.W. Bush de exacerbar el miedo al terrorismo sobredimensionando la pérdida de facultades secretas para escuchar a sospechosos de actividad terrorista en el extranjero sin necesidad de autorización judicial.

Los demócratas han aclarado que no cuestionamos el derecho de la inteligencia estadounidense a adoptar todas las medidas necesarias para proteger la seguridad del país”, explicaron Harry Reid y lNancy Pelosi, portavoz y presidente de la cámara, respectivamente. Pero el senador Sheldon Whitehouse dijo a Bush que todos "sabemos que a él le disgustan los compromisos, pero que esta vez ha llevado su terca postura demasiado lejos, azuzando miedos y creando confrontaciones artificiales".

Bush, por su parte, les criticó por poner en peligro la seguridad del país, por cálculos puramente políticos en un año electoral, bloqueando la ampliación de la Ley de Vigilancia Electrónica, que el Fiscal General y el Director de Inteligencia Nacional pierden, sin posibilidad de renovar el poder que les faculta a autorizar nueva inteligencia contra pistas que podrían evitar un nuevo ataque, y que –según él- repercutirá gravemente en seguridad exterior.

En realidad, Bush está dolido porque ha privatizado gran parte de los recursos de inteligencia del país, y el bloqueo le supone un duro revés al conjunto de compromisos que él sostiene con las compañías que se encargan de esos menesteres por pingues ganancias. Señala que "el Congreso ha creado un interrogante sobre si esas compañías pueden ser demandas por hacer lo correcto, empujándolas a ser cada vez más reacias a ofrecer su cooperación, por lo que añadió que su "administración hará lo posible dentro de su poder para minimizar el daño”.

En consecuencia, retrasó su viaje a África para quedarse a presionar al Congreso aprobar la ampliación de su programa de espionaje y vigilancia secreta de sospechosos de terrorismo. "Esa ley no sólo concede inmunidad legal a las compañías de teléfonos para que las agencias estadounidenses graben conversaciones, sino que las exime de pagar miles de millones de dólares como compensación por perjuicios civiles, ampliando el poder del Gobierno para seguir la pista de presuntos terroristas a costa de lo que fuera.

Los demócratas le acusan a él y a los republicanos de aprovecharse del debate para ganarse unos cuantos puntos en la carrera presidencial de McCain, asociada a lo peor de la CIA, sí, esos mismos que participaron en los asesinatos de Rafael Trujillo, René Schneider, Ché Guevara, Bahía de Cochinos, y en los intentos contra Fidel Castro, las crisis de los misiles rusos en Cuba, el derrocamiento de Allende, la crisis de los secuestrados norteamericanos en Irán, la Guerra de Irak-Irán, Vietnam, el paramilitarísmo colombiano, la venta de armas a las guerrillas centroamericanas, la cobertura a los carteles de la droga en México, Colombia y Perú; el Conflicto Arabe-Israel-Palestino, la Guerra Fría, el Watergate, el IránGate, etc., etc., etc.

Junto con la Agencia de Seguridad Nacional, se encargan de recopilar, analizar y usar la información que se recabe en el exterior, sea de gobiernos, corporaciones o individuos que puedan afectar su seguridad nacional. Creada el 18 de diciembre de 1947 por Harry S. Truman, en sustitución de la Office of Strategic Services (OSS) de la Segunda Guerra Mundial, su sede está en Langley, Virginia. En 1949 le otorgan poderes para investigar sin autorización judicial expedientes administrativos y fiscales. Su filosofía es dotar al Presidente de un punto de vista elaborado por civiles. La enorme presencia de egresados de Yale entre sus miembros terminó por exponerles a algunas reticencias morales, al considerarse que era una afrenta contra la Democracia estadounidense en tiempos de paz.

La OSS y la Oficina de Inteligencia Naval (ONI), la una madre y la otra hermana de la CIA, en el objetivo permanente de atajar el avance de los Partidos Comunistas, cultivaron fructíferas relaciones con la Mafia italiana, reclutando en los bajos fondos de Nueva York y Chicago miembros como los Luciano, Lansky, Costello, y otros como ellos, para que les ayuden a contactar con los capos. italianos. Encarcelado en Nueva York, Luciano es indultado por los servicios prestados durante la guerra y es deportado a Italia, donde le cobijan para la construcción de un imperio de heroína; obtenido en un principio mediante la diversión de suministros procedentes del mercado legal, y más tarde, creando una serie de conexiones con ibaneses y turcos que proporcionaban morfina para los laboratorios sicilianos. Al mismo tiempo, esos organismos colaboran estrechamente con el hampa china, que domina el opio, la morfina y la heroína, ayudando a la creación de un próspero imperio en la posguerra : en el Triángulo Dorado, región fronterizas entre Tailandia, Birmania, Laos y Yunán, la heroína que la OSS trafica se refina en Shanghai, y desde allí se distribuye a través de enlaces rusos al mundo europeo, y a través de la yakuza japonesa en los bajos fondos asiáticos y norteamericanos.