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Friday, February 15, 2008

Wall Street cuesta abajo


Por Facundo Bazán

Este jueves, en medio del recrudecimiento de la batalla legal entre la Exxon Mobil y Venezuela, por la nacionalización de un gigantesco proyecto de crudo el año pasado, éste interrumpió los despachos luego de que la Exxon embargara 12.000 millones de dólares en activos de la estatal PDVSA, intensificándose las preocupaciones sobre el suministro de petróleo, con lo que el barril se situó por encima de los 95 dólares, mientras el índice Dow Jones caía en un 1,40 %, el Standard & Poor's 500 en un 1,35 %, y el Nasdaq comp. en un 1,74 %, empeorado todo ello cuando el presidente de la Reserva Federal aceptaba las serias dificultades de crecimiento en la economía norteamericana reproducida también por el ingreso de la crisis del crédito en el mercado de los bonos municipales.

A esta larga serie de factores petroleros preocupantes se suman otros como los vinculados con el descenso estacional de la exportación OPEP de suministros de enero, calculado en 279.000 bpd, al cual se suma el de esta período, calculado en 140.000 bpd, concomitante con las tensiones geopolíticas producidas por los problemas en Nigeria y en el Mar del Norte, que nos recuerdan cuán vulnerable es el mercado por la escasa capacidad de producción adicional.

El temor de que los problemas económicos de Estados Unidos afecten el crecimiento de la demanda petrolera mundial continúa presionando al crudo desde el récord de más de 100 dólares registrados a principios de enero, y al parecer seguirá perturbando la economía mundial, aunque el propio Presidente del Banco Central Europeo, Jean-Claude Trichet, asegure que “el proceso de unificación de legislaciones europeas sea imparable, que la estabilidad de los tipos de interés garantiza una firme política contra la especulación, que la moderación salarial se compagina con el mantenimiento de cierta inflación como elementos necesarios para el crecimiento sostenido del empleo". Trichet calificó el momento actual, por tanto, como de un "proceso de una corrección sistémica del mercado, inevitable y necesaria, con episodios de turbulencias y altos niveles de volatilidad recurrentes", ya advertidos desde antes de la crisis 'subprime', lo que evidentemente es mentira, pues en el caso que la gran dirección la haya advertido como una variable probable ello no aminora su responsabilidad por no advertírselo a los actores y a las víctimas de semejante hundimiento.

Sin embargo, contra el no convincente disimulo de Trichet, las declaraciones tardías de un blandengue Bernanke (recordemos su persistencia para enfocarse en prevenir la inflación mientras la recesión arrastraba a todos dentro y fuera y a todos los valores hacia abajo y hacia fuera) acerca de que las perspectivas económicas de Norteamérica "han empeorado en los últimos meses junto al riesgo de baja en el crecimiento por los problemas en los mercados financieros, esconde el fracaso de todas las medidas intentadas hasta el momento por la Fed, y el que todo esto ya no es sólo inflación o sólo recesión sino una depresión más grave que la del 29 al 39 o la del 70 al 80, porque es sistémica, excéntrica, comunicante y simultánea, pese al manejo diferenciado que intentan los actuales bloques de poder, bajo la presión contradictoria de los componentes del G7 y ad láteres. Lo peor no llega aún, si recordamos la petición pública hecha hace poco por los responsables del BCE para que cada banco transparente de una vez por todas cuál es la dimensión total de lo ya perdido y cuál es la profundidad y la extensión de la destrucción de valores y de sectores que aún se verán afectados más adelante.

Pese a las promesas de "actuación oportuna para respaldar el crecimiento económico y proporcionar un seguro adecuado contra los riesgos a la baja", Bernanke sugirió que a la perspectiva económica de referencia “le seguirá un periodo de crecimiento a un ritmo algo más fuerte que no comenzaría en USA sino hasta comienzos del 2009, cuando recién comiencen a surtir efecto las recientes decisiones monetarias y el paquete de estímulos fiscales aprobado, promesas que obviamente no lograrán persuadir a los escepticos, inestables y a los que no pueden ser tranquilizados con más secretismo, pasividad y zigzagueo del régimen más precario habido en la historia de los Estados Unidos de Norteamérica, y que pretende reciclarse y reproducirse con un tipejo del talante de John McCain.
El que Bernanke, luego de todo lo dicho, admita que la construcción y actividades afines podrían hacer frente a nuevos recortes pues "los riesgos a la baja se mantienen, incluyendo un deterioro más allá de lo esperado en el mercado laboral, por el endurecimiento sustancial de las condiciones de crédito", no hace sino demostrar que nadie quiere mostrar de qué tamaño es la base del iceberg y porqué ruta y a qué velocidad marcha a un punto de colisión con el sistema mundial. La caída de construcción arrinconará a las comunidades negras, de latinos y de inmigrantes acogidos en ese sector como mano de obra privilegiada. Por lo que se teme un endurecimiento jamás visto contra todos ellos y sin anestesia. Punto este que es uno de los más discutidos en la campaña primaria que casi finaliza pero que dirimirá como cuestión fundamental en las presidenciales de noviembre, tanto como el retiro inmediato de las tropas de Irak, Aganistán, Pakistán, Kurdistán, Irán y otros espacios de intervencionismo norteamericano.

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